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Observando el paraíso

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Observando el paraíso

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• Albert Einstein: Dios creó el mundo, con más elegancia e inteligencia.

19 Miércoles Ago 2015

Posted by luisgoros in Ciencia, Religión

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Albert Einstein, carta, Giovanni Giorgi

“Caro signor collega!” (”Querido señor colega!”): así comienza la carta que Albert Einstein escribió al físico italiano Giovanni Giorgi el 12 de julio 1925, cuando este último era profesor de la Universidad Sapienza, en Roma. En el texto, el padre de la relatividad está de acuerdo con el científico italiano en su crítica a un experimento realizado por otros científicos para tratar de demostrar la existencia del éter.
En dicha carta, Einstein escribió que:

«Dio ha creato il mondo con più eleganza e intelligenza.»

es decir:

«Dios creó el mundo, con más elegancia e inteligencia.»

Concluye la carta escribiendo: «Non dubito della validità della teoria della relatività” («No dudo de la validez de la teoría de la relatividad»).

La carta termina rubricada con un «Suo, A. Einstein» («Suyo, A. Einstein»).

La breve carta está escrita en el reverso de una postal, dirigida al: ”Prof. Ing. Giovanni Giorgi, corso V. Em. 39, Roma (Italia)”.carta de Einstein - anverso - 12-julio-1925carta de Einstein 12-julio-1925

Giovanni Giorgi era conocido en su natal Italia y a nivel internacional como una autoridad en electromagnetismo. Einstein tenía una estrecha relación con Italia, ya que vivió en Favia varios meses con su familia cuando contaba 15 años, por lo que el genial físico hablaba y escribía con fluidez en italiano.

La carta se subastó el pasado 15 de febrero de 2015, en Estados Unidos, a través de la casa de subastas RR Auction. Finalmente, un comprador anónimo la adquirió por 75.000 dólares.

• Giovanni Giorgi: (Lucca, 27 de noviembre de 1871 – Castiglioncello, Livorno, 19 de agosto de 1950).
En 1901 Giorgi propuso a la Asociación Electrotécnica Italiana el sistema de unidades que lleva su nombre, adoptado en 1935 por la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) como sistema MKSΩ (metro, kilogramo, segundo, ohmio). Es el origen del actual Sistema Internacional de Unidades.

Fue profesor de física y matemáticas en la Universidad de Roma, y desde 1935 profesor de ingeniería eléctrica. Introdujo la unidad racional del electromagnetismo en 1901. En 1912 fue uno de los primeros en introducir el tema de una nueva teoría que satisfaga el principio general de la relatividad del movimiento y el principio de equivalencia. En 1932 desarrolló una nueva perspectiva relativista que proporciona una nueva teoría que también reduce las fuerzas electromagnéticas a fuerzas motrices.giovanni_giorgi

• Albert Einstein (Ulm, Imperio alemán, 14 de marzo de 1879 – Princeton, Estados Unidos, 18 de abril de 1955). Físico alemán, nacionalizado después suizo y estadounidense. Es considerado como el científico más conocido y popular del siglo XX. En 1905, cuando era un joven físico desconocido, empleado en la Oficina de Patentes de Berna, publicó su Teoría de la Relatividad Especial. Como una consecuencia lógica de esta teoría, dedujo la ecuación de la física más conocida a nivel popular: la equivalencia masa-energía: E=mc². En 1915 presentó la Teoría de la Relatividad General, en la que reformuló por completo el concepto de gravedad.Albert_Einstein

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• Cartas de Madre Teresa de Calcuta – Cap.1.

24 Jueves Abr 2014

Posted by luisgoros in Cartas, Madre Teresa

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carta, Madre Teresa

Siguiendo con el libro “VEN, SE MI LUZ.” – LAS CARTAS PRIVADAS DE LA «SANTA DE CALCUTA», hoy traigo el capítulo 1, junto a algunas fotos de la Madre Teresa. Espero que os guste.madre-teresa-libro-cap1-1

CAPÍTULO 1:

«PON TU MANO EN SU MANO, Y CAMINA SOLA CON ÉL»
Misionera

¡Jesús, por Ti y por las almas!
MADRE TERESA

«Pon tu mano en Su mano [la de Jesús] y camina sola con Él. Camina hacia delante, porque si miras atrás volverás.»(1) Estas palabras de despedida de su madre se grabaron en el corazón de Gonxha Agnes Bojaxhiu, la futura Madre Teresa, al dejar su hogar en Skopje para comenzar su vida como misionera a los dieciocho años. El 26 de septiembre de 1928 viajó a Irlanda para entraren el Instituto de la Bienaventurada Virgen María (las Hermanas de Loreto), una congregación de religiosas, no de clausura, dedicadas principalmente a la educación. Ella había pedido ir a las misiones de Bengala. Semejante aventura exigía gran fe y valentía, ya que ella y su familia sabían bien que «en esa época, cuando los misioneros se iban a las misiones, nunca regresaban». (2)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica1

A pesar de lo joven que era, Gonxha había necesitado seis años para decidir sobre su vocación. Creció en una familia que fomentaba la piedad y la devoción y en una fervorosa comunidad parroquial que contribuyó también a su formación religiosa. En este entorno, según revelaría más tarde Madre Teresa, se sintió por primera vez llamada a consagrar su vida a Dios:

“Yo sólo tenía doce años entonces […] En esta época, fue cuando supe por primera vez que tenía vocación hacia los pobres […] en 1922. Yo quería ser misionera, yo quería ir y dar la vida de Cristo a la gente de los países demisión. […] Al principio, entre los doce y los dieciocho años yo no quería ser religiosa. Éramos una familia muy feliz. Pero cuando tuve dieciocho años, decidí dejar mi hogar para hacerme religiosa, y desde entonces, en estos cuarenta años, nunca he dudado ni siquiera un segundo de haber hecho lo correcto; era la voluntad de Dios. Era Su elección.” (3)

Por lo tanto su decisión no fue un capricho de juventud, sino más bien una elección razonada, fruto de su profunda relación con Jesús. Muchos años después ella desvelaría, «desde mi infancia el Corazón de Jesús ha sido mi primer amor». (4)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica2

Hizo clara su determinación en su carta de solicitud a la superiora de las religiosas de Loreto:

“Reverenda Madre Superiora, Sea tan amable de escuchar mi sincero deseo. Quisiera entrar en su Congregación, con el fin de llegar a ser un día una hermana misionera y trabajar por Jesús que murió por todos nosotros. He terminado el quinto curso de la escuela secunda-30ria; hablo albanés, que es mi lengua materna, y serbio*; conozco un poco el francés, no sé nada de inglés, pero espero que Dios me ayude a aprender lo poco que necesito y entonces empezaré inmediatamente en estos días a practicarlo. No tengo otro requisito especial, sólo quiero estar en las misiones y todo lo demás lo dejo completamente a la disposición del buen Dios.

En Skopje, 28-VI-1928
Gonda Bojadijevic**”

* Aquí, por «serbio» Gonxha se refiere al «serbocroata», lengua que se enseñaba en la escuela.
** Gonxha Bojaxhiu a la superiora general de Loreto, 28 de junio de 1928. El nombre de bautismo de Madre Teresa es Gonxha Agnes Bojaxhiu. Sin embargo, como su carta a la superiora general fue escrita en serbocroata, firmó en esa lengua (práctica común en Skopje en esa época): Gonda Bojadijevic.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica3

Una gracia excepcional que había recibido en el día de su Primera Comunión, había avivado su deseo de dar este paso audaz hacia lo desconocido: «Desde los cinco años y medio—cuando Le recibí [a Jesús] por primera vez—el amor por las almas ha estado en mí.— Creció con los años—hasta que llegué a la India—con la esperanza de salvar muchas almas.»(5)
Navegando por el mar Mediterráneo, la apasionada y joven misionera escribió a sus seres queridos:

«Rezad por vuestra misionera, para que Jesús la ayude a salvar cuantas almas inmortales sea posible de la oscuridad, de la incredulidad.» (6)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica4

Su esperanza de llevar luz a los que estaban en oscuridad llegaría a hacerse realidad, aunque de un modo que ella no podía ni imaginar mientras viajaba a su escogida tierra de misión.
Durante el viaje por mar, en momentos de soledad y de silencio, cuando la alegría y el dolor se mezclaban en su corazón, la Hermana Teresa (así llamada a partir de su ingreso en la Congregación de Loreto, en honor de Santa Teresa de Lisieux),* reunió sus sentimientos en un poema:

ADIÓS**
Dejo mi querido hogar
Y mi amada tierra natal,
A la cálida Bengala voy,
A un lejano, distante lugar.

Dejo a mis viejos amigos
Abandono familia y hogar,
Mi corazón me impulsa,
A servir a mi Cristo.

Adiós, oh madre querida
Y, a todos vosotros, adiós,
Una fuerza mayor me empuja
Hacia la tórrida India […]

El barco avanza lentamente,
Surcando las olas del mar,

Mis ojos por última vez observan
Las queridas orillas europeas.
Valiente, en la cubierta del barco
De plácido, feliz semblante
Está la pequeña,
La nueva prometida de Cristo.

En su mano una cruz de hierro
De la que cuelga el Salvador,
El alma dispuesta ofrece
Este momento, su duro sacrificio:

«¡Oh Dios, acepta este sacrificio
Como signo de mi amor,
Ayuda a Tu criatura,
A glorificar Tu nombre!

A cambio sólo Te pido,
Oh, nuestro buenísimo Padre,
Dame al menos un alma
Una que Tú ya conoces.»

Y pequeñas, puras como rocío estival
Fluían suavemente las cálidas lágrimas,
Confirmando y consagrando
El duro sacrificio, ahora ofrecido.

* Carmelita de Lisieux, conocida como «Santa Teresita», nacida en Alencon, Francia, el 2 de enero de 1873; murió en Lisieux el 30 de septiembre de 1897. Era la patrona de Madre Teresa.
** El poema fue escrito en serbocroata, lengua que Gonxha dominaba como ciudadana de Yugoslavia. En cada estrofa la primera línea rima con la tercera y la segunda con la cuarta. La lengua era tan rica que los editores de la revista consideraron necesario añadir una nota a pie de página a una de las palabras que utilizaba puesto que no creían que un lector medio pudiera conocerla.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica5

El 6 de enero de 1929, después de un viaje de cinco semanas, la Hermana Teresa llegó a Calcuta. En una carta que envió a sus amigos en Skopje, comparte sus primeras impresiones de la ciudad que llegaría a estar unida para siempre a su nombre:

“El 6 de enero, por la mañana, navegamos desde el mar hasta el río Ganges, también llamado el «Río Sagrado». En el camino pudimos ver de cerca nuestra nueva patria Bengala.
La naturaleza es maravillosa. En algunos lugares se ven casitas preciosas, pero para el resto, sólo cabañas alineadas bajo los árboles. Viendo todo esto, deseamos estar, lo antes posible, entre ellos. Hemos sabido que aquí hay muy pocos católicos. Cuando el barco llegó a la orilla cantamos en nuestras almas el Te Deum.*
Nuestras hermanas de la India nos esperaban allí, con una alegría indescriptible, pisamos por primera vez el suelo de Bengala. En la capilla del convento primero dimos gracias a nuestro querido Salvador por la gran gracia de habernos traído sanas y salvas a la meta anhelada. Nos quedaremos aquí una semana y luego iremos a Darjeeling, donde permaneceremos durante nuestro noviciado. Recen mucho por nosotras para que seamos misioneras buenas y valientes.” (7)

* El «Te Deum» es un himno tradicional de alegría y canto de alabanza en acción de gracias a Dios y se usa en la liturgia de la Iglesia. El título deriva del texto original latino “Te Deum Laudamus” que quiere decir «A Ti, oh Dios, Te alabamos».madre-teresa-libro-cap1-foto-unica6

Poco después de su llegada a Calcuta, la Hermana Teresa fue enviada a Darjeeling para continuar su formación. En mayo empezó el noviciado, un período de dos años de iniciación a la vida religiosa que precede a la primera profesión de los votos. El primer año se concentraba en la formación espiritual de la candidata, enfatizando en la oración y en la espiritualidad de la orden, mientras que en el segundo año se insistía en la misión del instituto y se ofrecía alguna práctica en sus obras apostólicas. Habiendo acabado su formación, hizo sus primeros votos el 25 de mayo de 1931,* prometiendo vivir una vida de pobreza, castidad y obediencia y dedicarse con particular atención a la instrucción de la juventud.

* Posteriormente renovó sus votos anualmente durante tres años y después una vez por tres años antes de ser admitida a la profesión perpetua.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica7

Ésta fue una ocasión de inmensa alegría, ya que su anhelo de consagrarse a Dios llegó a ser una realidad. Ella le confió a una amiga:

“Si supieras lo feliz que soy como pequeña esposa de Jesús. A nadie, ni siquiera a los que disfrutan de alguna felicidad que en el mundo parece perfecta, podría yo envidiar, porque estoy gozando mi felicidad completa, incluso cuando sufro algo por mi amado Esposo.”(8)

A continuación de la profesión de sus votos, la Hermana Teresa fue asignada a la comunidad de Loreto en Calcuta y designada para enseñar en la Escuela Bengalí Médium** femenina de St. Mary.

** «Médium», se refiere a la lengua en que las clases se impartían, inglés o bengalí.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica8

La joven religiosa se embarcó animosamente en su nueva misión, en la que continuaría (con una sola interrupción de seis meses) hasta 1948, año en que dejó la Congregación de Loreto para fundar las Misioneras de la Caridad. En una carta enviada a la revista local católica de su ciudad natal, mostraba cómo esta misión de servicio, con todas sus dificultades, era una fuente de auténtica alegría para ella, ya que le brindaba la oportunidad de imitar a Jesús y vivir en unión con Él:

“El calor de la India es sencillamente abrasador. Cuando camino, me parece que hay fuego bajo mis pies y que todo mi cuerpo está ardiendo. Cuando es más duro, me consuelo pensando que de este modo se salvan las almas y que el querido Jesús ha sufrido mucho más por ellas […]. La vida de una misionera no está sembrada de rosas, sino más bien de espinas; pero, con todo esto, es una vida llena de felicidad y alegría cuando [la misionera]piensa que está haciendo el mismo trabajo que hacía Jesús cuando estaba en la tierra y que está cumpliendo el mandamiento de Jesús: «¡Id y enseñad a todos los pueblos!»” (9)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica9

Muchas cosas «por Jesús y por las Almas»

Después de nueve años en Loreto, la Hermana Teresa estaba acercándose a un momento muy importante de su vida, estaba a punto de hacer profesión de votos perpetuos. Sus superioras y sus compañeras ya estaban al tanto de su espíritu de oración, compasión, caridad y celo; también apreciaban su gran sentido del humor y su talento natural para la organización y el liderazgo. En todos sus quehaceres mostraba una inusual claridad mental, sentido común y valentía, como la ocasión en que ahuyentó un toro de la carretera para proteger a sus niñas o cuando consiguió hacer huir a unos ladrones que irrumpieron una noche en el convento. Sin embargo, ni sus hermanas ni sus alumnas advirtieron la magnitud de la hondura espiritual que esta religiosa trabajadora y alegre había alcanzado en medio de sus actividades diarias. Su profunda unión con Jesús, fuente de su fecundidad espiritual y apostólica, sólo la compartía con sus confesores. Así, raramente aludía a sus sufrimientos y la alegría que irradiaba a su alrededor escondía con eficacia sus tribulaciones.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica10

En una carta al padre jesuita Franjo Jambrekovic,* el que había sido su confesor en Skopje, ella le reveló el secreto de la poderosa acción de Dios en su alma:

* Padre Franjo Jambrekovic, S. J., (1890-1969), jesuíta croata, párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón, en Skopje, desde 1924a 1930.

“Querido Padre en Jesús,
Le agradezco de corazón su carta—realmente no la esperaba—le pido disculpas por no haberle escrito antes. Acabo de recibir la carta de la Reverenda Madre General en la cual me da el permiso para hacer mis votos perpetuos. Será el 24 de mayo de 1937. ¡Qué gran gracia! Realmente no puedo agradecer lo suficiente a Dios todo lo que ha hecho por mí. ¡Suya para el resto de la eternidad! Ahora me alegra de todo corazón haber llevado con alegría mi cruz con Jesús.10 Hubo sufrimientos—momentos cuando mis ojos estaban llenos de lágrimas—pero Le doy gracias a Dios por todo. Jesús y yo hemos sido amigos hasta ahora. Rece para que me dé la gracia de la perseverancia. Este mes empiezo mis tres meses de tercera probación. (A*)
Habrá más que suficiente [para ofrecer] por Jesús y por las almas—pero estoy tan feliz. Antes las cruces me daban miedo—se me ponía la carne de gallina sólo de pensar en el sufrimiento—pero ahora lo abrazo incluso antes de que llegue y así Jesús y yo vivimos en el amor. No piense que mi vida espiritual está sembrada de rosas—ésa es la flor que casi nunca encuentro en mi camino. Todo lo contrario, más a menudo, tengo a la «oscuridad» por compañera. Y cuando la noche se hace más espesa—y me parece que voy a terminar en el infierno—entonces simplemente me entrego a Jesús. Si Él quiere que yo vaya—estoy preparada—pero sólo con la condición de que de verdad Le haga feliz. Necesito mucha gracia, mucha fuerza de Cristo para perseverar en la confianza, en ese amor ciego que conduce sólo hacia Jesús Crucificado. Pero soy feliz—sí, más feliz que nunca. Y no desearía por nada en el mundo deshacerme de mis sufrimientos. Pero no piense que sólo sufro. Ah no—río más de lo que sufro—de modo que algunos han concluido que soy la esposa mimada de Jesús, que vive con Jesús en Nazaret—lejos del Calvario (11) […]
Rece, rece mucho por mí—realmente necesito Su amor. Perdone por hablarle tanto—pero ni yo misma sé cómo [pasó] — seguramente Jesús lo quería—para hacerle a usted rezar más por su misionera […]
Mamá me escribe con mucha regularidad—realmente me da la fuerza para sufrir con alegría. Mi partida fue sin duda el comienzo de su vida sobrenatural. Cuando vaya a Jesús, seguro que la recibirá con gran alegría. Mi hermano y mi hermana todavía están juntos—llevan una vida muy bonita. Seguro que usted está muy ocupado para pensar en escribir cartas. Pero le suplico una cosa: rece siempre por mí. Para eso no necesita un tiempo especial—porque nuestro trabajo es nuestra oración (B*) […]
Hace unos días me reí mucho—cuando vinieron a mi mente algunos incidentes de Letnica. (C*)
Qué orgullosa era yo entonces. Tampoco soy humilde ahora—pero al menos deseo llegar a serlo—y las humillaciones son mis dulces más dulces […]
Debo irme—la India es tan abrasadora como el infierno—pero sus almas son bellas y preciosas porque la Sangre de Cristo las ha rociado. Le saludo cordialmente y le pido su bendición y oraciones.

Suya en Jesús,
Hermana M. Teresa, IBVM
[Instituto de la Bienaventurada Virgen María]” (12)

(A*) La tercera probación era un período de preparación intensa para la profesión final que tenía lugar en el convento de Loreto en Darjeeling.
(B*) No quería decirle que abandonase sus oraciones formales y que solamente trabajara. Más tarde explicaría a sus hermanas: «El trabajo no es oración; la oración no es trabajo, pero debemos orar el trabajo, por Él, con Él y a Él.»
(C*) Letnica: Pueblo cercano a Skopje, a cuyo santuario de Nuestra Señora de las Montañas Negras peregrinaba la parroquia.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica10b

«La oscuridad», su compañera

Esta carta a su confesor en Skopje es el primer caso en su correspondencia donde la Hermana Teresa se refiere a la «oscuridad». Es difícil captar con precisión lo que esta palabra significaba para ella en este tiempo, pero en el futuro el término llegaría a significar un profundo sufrimiento interior, falta de consuelo sensible, sequedad espiritual, una aparente ausencia de Dios en su vida y al mismo tiempo, un doloroso anhelo de Él. Su breve descripción deja claro que la mayor parte del tiempo no disfrutaba de la luz y del consuelo de la presencia sensible de Dios, sino más bien se esforzaba en vivir por la fe, entregándose con amor y confianza a lo que Dios deseara. Había progresado tanto en ese amor que podía superar el temor del sufrimiento:(13) «ahora abrazo el sufrimiento incluso antes de que llegue, y así Jesús y yo vivimos en el amor». (14)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica11

La oscuridad interior no es nada nuevo en la tradición de la mística católica. De hecho, ha sido un fenómeno común entre los numerosos santos que, a lo largo de la historia de la Iglesia, han experimentado lo que el místico carmelita español San Juan de la Cruz* llamaba la «noche oscura».

* San Juan de la Cruz (1542-1591), fundador español (con Santa Teresa de Avila) de los Carmelitas Descalzos, místico, poeta y Doctor de la Iglesia.

El maestro espiritual empleaba acertadamente este término para designar las dolorosas purificaciones por las que uno atraviesa antes de alcanzar la unión con Dios. Se llevan a cabo en dos fases: la «noche de los sentidos» y la «noche del espíritu». En la primera noche uno es liberado del apego a satisfacciones de los sentidos y es conducido a la oración de contemplación. Mientras que Dios comunica Su luz y amor, el alma, todavía imperfecta, es incapaz de recibirlos y los experimenta como oscuridad, dolor, sequedad y vacío. Aunque el vacío y ausencia de Dios son sólo aparentes, son una gran fuente de sufrimiento. Sin embargo, si este estado es «la noche de los sentidos» y no el resultado de la mediocridad, la pereza o la enfermedad, se continúan desempeñando las ocupaciones diarias fiel y generosamente, sin desaliento, sin preocupación por uno mismo o disturbio emocional. Aunque ya no se sienten los consuelos, hay un notable anhelo de Dios y un aumento del amor, de la humildad, de la paciencia y de otras virtudes. Tras pasar la primera noche, el alma puede entonces ser guiada por Dios a la «noche del espíritu», para ser purificada de las raíces más profundas de las imperfecciones propias. Un estado de aridez extrema acompaña esta purificación y el alma se siente rechazada y abandonada por Dios. La experiencia puede llegar a ser tan intensa que uno se siente como si se dirigiera a la perdición eterna. Esto es incluso más atroz porque uno sólo quiere a Dios y Le ama en extremo, pero es incapaz de reconocer su amor hacia Él. Las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad son probadas severamente. La oración es difícil, casi imposible; el consejo espiritual prácticamente resulta estéril; y diversas pruebas exteriores se pueden añadir a este dolor.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica12

Mediante esta dolorosa purificación, el discípulo es guiado hacia el total desapego de las cosas creadas y a un elevado grado de unión con Cristo, convirtiéndose en un instrumento adecuado en Sus manos y sirviéndole pura y desinteresadamente. No sorprende que la Hermana Teresa, un alma de por sí excepcional, fuera purificada en el «crisol» de estos sufrimientos místicos. Cuando optó por afrontar este dolor profundo con confianza, entrega y deseo firme de agradara Dios, mientras demostraba una fidelidad excepciona la sus deberes religiosos, ya estaba marcando el modelo para su respuesta a la prueba interior todavía más exigente que estaba por llegar.

Suya para toda la eternidad

Después de tres meses de ferviente oración y reflexión en la tercera probación, llegó la fecha tan esperada de la que había hablado en su carta al padre Jambrekovic. El 24 de mayo de 1937, con un corazón feliz y agradecido, la Hermana Teresa se acercó al altar de Dios para pronunciar su «Sí» final, entregándose a Jesús en amor esponsal para el resto de su vida. La ceremonia tuvo lugar en la capilla del convento de Darjeeling, con el arzobispo Ferdinand Périer, S. J.,* como oficiante.

* El arzobispo Périer nació el 22 de septiembre de 1875 en Araberes, Bélgica. Fue ordenado sacerdote de la Compañía de Jesús (je suitas) en 1909, consagrado obispo el 21 de diciembre de 1921 y nombrado arzobispo coadjutor de Calcuta. Sucedió al arzobispo de Calcuta el 23 de junio de 1924, y permaneció en el cargo hasta su jubilación en 1960. Falleció el 10 de noviembre de 1968.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica13

Siguiendo la costumbre de Loreto, ahora se le llamaría «Madre Teresa». Aparte de su obvia alegría por su profesión perpetua, no había nada de extraordinario en ella como para atraer la atención del arzobispo o de cualquier otra persona. Afortunadamente, han perdurado algunas de sus disposiciones interiores en otra carta escrita al padre Jambrekovic:

“Querido Padre en Jesús,
Se acercan las fiestas de Navidad—cuando le llegue esta carta—estaremos disfrutando de la alegría del Niño Jesús. Por este motivo le envío mis sinceras felicitaciones. Que el querido Dios le conceda hacer mucho por Él y por las almas. Pídale lo mismo para su misionera. Seguramente sabe que hice mis votos perpetuos. También pensé en usted ese día; si supiera lo feliz que fui de poder, por mi propia voluntad, encender mi propio sacrificio. ¡Ahora Suya y para toda la eternidad! Seguro que no se puede imaginar a la Gonda de antes, ahora como esposa de Jesús. Pero Él ha sido siempre tan infinitamente bueno conmigo—como si hubiera querido asegurarse la posesión de mi corazón para Sí. De nuevo, le agradezco sinceramente todo lo que ha hecho por mí. La hermana Gabriela está aquí. Trabaja maravillosamente por Jesús—lo más importante es que sabe sufrir y al mismo tiempo reír. Eso es lo más importante—sufrir y reír. Me ayuda mucho—de diferentes maneras—si no fuera así, yo sola seguramente habría fallado en algo. Está siempre dispuesta a ayudarme y yo soy tan mala que me aprovecho de su bondad.
La Hermana Bernarda hace sus votos el 23 de enero de 1938. Gracias a Dios ahora todo va bien de nuevo—seguro que Jesús la ha escogido para algo especial, puesto que Él le ha dado tanto sufrimiento. Y ella es una verdadera heroína, soportando todo con valor y con una sonrisa […] Si queremos que Bengala sea para Cristo tenemos que pagar con muchos sacrificios.—Ahora realmente me alegro cuando algo no va como yo deseo—porque veo que Él quiere nuestra confianza—por eso, ante la pérdida, alabemos a Dios como si lo tuviéramos todo. Quizá Mamá le haya escrito. Está ahora con mi hermano. Son muy felices. Sólo echan de menos algo—su Gonda. Pero gracias a Dios, Mamá tiene cerca la iglesia de nuevo y puede hablar albanés. Qué feliz le hace. Mi hermana ha sido nombrada presidenta de la cofradía de Nuestra Señora para las jóvenes de la escuela secundaria. Espero que haga mucho por Jesús. Seguro que quiere alguna noticia sobre mí. Le pido una cosa, rece mucho por mí—necesito oraciones, ahora más que nunca. Quiero ser sólo toda de Jesús—de verdad y no sólo de nombre y hábito. Muchas veces esto sale al revés—y así mi reverendísimo «yo» ocupa el lugar más importante.*
Siempre la misma Gonda orgullosa. Sólo una cosa es diferente—mi amor por Jesús—yodaría todo, incluso mi propia vida, por Él. Suena bonito pero en realidad no es tan fácil. Justo lo que quiero, que no sea fácil. Recuerde que una vez usted me dijo en Skopje: «Gonda, quieres beber el cáliz (15) hasta la última gota». No sé si en aquel tiempo pensaba como lo hago ahora, pero ahora sí, alegremente e incluso sin una lágrima […] Eso no es tan fácil cuando una persona tiene que estar de pie desde la mañana hasta la noche. Pero aun así, todo es por Jesús; de esta manera todo es hermoso aun cuando sea difícil. Tengo un sueño terrible esta tarde, así que por favor perdóneme por escribirle de este modo—pero si no termino hoy, mañana será demasiado tarde. Por favor salude cordialmente al Padre Vizjak—hoy le he enviado unos libros.

Rece mucho por mí siempre.
Sinceramente en JesúsS. M. Teresa IBVM” (16)

* Con un humor muy crítico consigo misma, Madre Teresa observa que su orgullo se interpone en el camino de su total pertenencia a Jesús, y se refiere irónicamente a su «reverendo» o exaltado yo.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica13b-Dr_Anita_Figueredo_and_Mother_Teresa-1966

Puesto que Madre Teresa anhelaba la completa unión con Cristo, que sufrió en la Cruz, ella—Su pequeña esposa—no podía hacer otra cosa que estar unida a Él en Su sufrimiento. Si ella no podía quitarle Su dolor, entonces estaría allí, por así decirlo, con Él en la Cruz. Al hacer la elección de compartir la carga de su Amado, acogió las cruces que acompañaban su constante entrega de sí misma. El desafío diario de lucha para superar sus faltas fue también una parte de la cruz de Madre Teresa. Confió a su ex confesor su esfuerzo para vencer el orgullo; sin embargo, casi sin darse cuenta, había salido victoriosa de muchas batallas. Mientras ella se lamentaba de «la misma Gonxha orgullosa», otras estaban impresionadas por su humildad. La hermana Gabriela, una de las amigas de infancia de Skopje, y ahora compañera en Loreto, escribió al padre Jambrekovic el mismo día:

“Creo que Jesús ama mucho a la Hermana Teresa. Estamos en la misma casa. Me doy cuenta de que todos los días intenta agradar a Jesús en todo. Está muy ocupada, pero no escatima esfuerzos. Es muy humilde. Le costó mucho alcanzar esto, pero creo que Dios la ha escogido para grandes cosas. Hay que admitir que sus acciones son totalmente sencillas, pero la perfección con la que las hace, es precisamente lo que Jesús pide de nosotros.”(17)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica14

Madre Teresa se esforzaba de veras por «beber el cáliz hasta la última gota» al vivir su compromiso «de ser sólo toda para Jesús». Otra hermana de su comunidad afirmaba: «Estaba muy, muy enamorada de Dios Todopoderoso.» (18)

«Voy a darles alegría»

Después de sus votos perpetuos, Madre Teresa volvió a sus tareas en la escuela de St. Mary con su entusiasmo característico. Volvió a enseñar y a desempeñar las actividades normales de cada día para una religiosa de Loreto. Una de sus compañeras destacaba de ella: «Era una trabajadora muy tenaz. Mucho. Siempre lista para esto o para aquello. Nunca quería excusarse de nada, siempre estaba dispuesta.» (19)madre-teresa-libro-cap1-foto-unica15

Los domingos visitaba a los pobres en los barrios marginados. Este apostolado* que ella misma eligió, le dejó una huella profunda.

* Este término, derivado de la palabra «apóstol» (el que es enviado a una misión) se refiere al trabajo de llevar la gente a Cristo y a Su obra de salvación. La palabra «apostolado» también se refiere al trabajo específico realizado por miembros de una congregación religiosa, tal como lo estableció el fundador o la fundadora.

“Cada domingo visito a los pobres en los barrios más miserables de Calcuta. No les puedo ayudar, porque no tengo nada, pero voy a darles alegría. La última vez unos veinte pequeños estaban esperando ansiosamente a su «Ma».**
Cuando me vieron, corrieron a mi encuentro, incluso brincando sobre un solo pie. Entré. En ese para—así es como se llama aquí a un grupo de casas—vivían doce familias. Cada familia tiene sólo una habitación, de dos metros de largo y un metro y medio de ancho. La puerta es tan estrecha que apenas podía entrar, y el techo es tan bajo que no me podía poner de pie […].Ahora no me asombro de que a mis pobres pequeños les guste tanto su escuela, y de que tantos de ellos tengan tuberculosis. La pobre madre [de la familia visitada] no profería ni una palabra de queja siquiera sobre su pobreza .Fue muy doloroso para mí, pero al mismo tiempo me sentí muy feliz cuando vi que ellos se alegraban con mi visita. Finalmente, la madre me dijo: «¡Oh, Ma, venga otra vez! ¡Su sonrisa ha traído el sol a esta casa!»”(20)

** Una religiosa de Loreto con votos perpetuos no era llamada con el bengalí «Ma», sino con el inglés «Madre». Fue el amor de Madre Teresa hacia su gente lo que le granjeó el oportuno título de «Ma», una expresión de su cercanía y afecto hacia ella.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica16-y padre Ante Gabric

A sus amigos de Skopje les reveló la oración que susurraba en su corazón mientras volvía al convento:

«¡Oh Dios, qué fácilmente les hago felices! ¡Dame fuerza para ser siempre la luz de sus vidas y así guiarles hacia Ti!»(21)

No podía imaginar que menos de una década más tarde, su oración sería respondida: dedicaría no sólo su tiempo libre, sino toda su vida a los pobres, llegando a ser un faro para ellos mediante su amor y compasión.

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• Notas del Capítulo 1. «Pon tu mano en Su mano, y camina sola con Él»

(1). Instrucción de Madre Teresa a las hermanas Misioneras de la Caridad, 24 de mayo de 1984.
(2). Instrucción de Madre Teresa a las hermanas M. C, 1992.
(3). Madre Teresa a Malcolm Muggeridge, citado en Malcolm Muggeridge, Something Beautiful for God (Harper & Row Publishers, Nueva York, Londres, 1971), p. 84. Madre Teresa de Calcuta (Sigúeme, Madrid, 1979).
(4). Madre Teresa al padre Neuner, 24 julio de 1967.
(5). Madre Teresa al arzobispo Périer, 25 de enero de 1947.
(6). Hermana Teresa, del mar Mediterráneo a Blagovijest (periódico católico local de Skopje), 25 de marzo de 1929, pp. 3-4.
(7). Hermana Teresa a Katolicke Misije (revista de misiones publicada por los Jesuítas en Yugoslavia), 6 de enero de 1929, p. 58.
(8). Hermana Teresa a Anka Cavcic, 1931.
(9). Hermana Teresa a Blagovijest, noviembre de 1932. Cf. Mateo 28, 19. Las citas bíblicas se toman de la Biblia de Jerusalén, salvo que se indique otra cosa.
(11). Cf. Lucas 2, 51 y Mateo 27, 33.
(12). Hermana Teresa al padre Franjo Jambrekovic, 8 de febrero de 1937. La Hermana Teresa solía firmar su nombre en la lengua en la que escribía. Para evitar confusiones su nombre se ha sustituido por su original «Teresa».
(13). «Cuando en el corazón aumenta más la caridad, el temor a los sufrimientos disminuye, siendo mayor el del pecado. Cuanto más unidos estamos a Dios por la caridad más nos hace temblar en el momento de ofenderle, y es mayor nuestra confianza en aquel que nos ama y nos atrae hacia sí». R. Garrigou-Lagrange, O.P., Las tres edades de la vida interior I: preludio de la del cielo (Palabra, Madrid, 1995) p. 1046.
(14). Hermana Teresa al padre Franjo Jambrekovic, S. J., 8 de febrero de 1937.
(15). Cf. Mateo 20, 22 y 26, 39, 42.
(16). Madre Teresa al padre Jambrekovic, 25 de noviembre de 1937.
(17). Hermana Mary Gabrielle I. B. V. M. al padre Jambrekovic, 25 de noviembre de 1937.
(18). Testimonio de la hermana M. Francis Michael Lyne, I. B. V. M.
(19). Hermana Maric-Thérése, I. B. V. M. lo cita en Navin Chawla, Mother Teresa (Element Books, Rockport, 1996), p. 12.
(20). Madre Teresa a Katolicke Misije (octubre de 1937), p. 25.
(21). Ibid.madre-teresa-libro-cap1-foto-unica17

• NOTA:
Sobre la Madre Teresa he publicado otros posts en este mismo blog. Puedes leerlos en esta dirección: https://observandoelparaiso.wordpress.com/tag/madre-teresa/

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• Cartas del diablo a su sobrino – 2.

02 Jueves Ene 2014

Posted by luisgoros in C.S.Lewis, Cartas

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C. S. Lewis, carta, Cartas del diablo a su sobrino, cristiano, diablo, Enemigo, Escrutopo, Orugario, sobrino

Continuando con “CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO” (“The Screwtape letters”) de C.S. Lewis (publicado en 1942), hoy traigo la 2ª carta.carta titulo

El libro consta de treinta y una cartas escritas por el anciano y experimentado diablo Escrutopo, a su sobrino Orugario, un demonio principiante, en las que le da consejos para debilitar la fe del humano que tiene a cargo el joven diablo.carta2-screwtape-blue-cover

Carta 2:

Mi querido Orugario:

Veo con verdadero disgusto que tu paciente se ha hecho cristiano. No te permitas la vana esperanza de que vas a conseguir librarte del castigo acostumbrado; de hecho, confío en que, en tus mejores momentos, ni siquiera querrías eludirlo. Mientras tanto, tenemos que hacer lo que podamos, en vista de la situación. No hay que desesperar: cientos de esos conversos adultos, tras una breve temporada en el campo del Enemigo, han sido reclamados y están ahora con nosotros. Todos los hábitos del paciente, tanto mentales como corporales, están todavía de nuestra parte.
En la actualidad, la misma Iglesia es uno de nuestros grandes aliados. No me interpretes mal; no me refiero a la Iglesia de raíces eternas, que vemos extenderse en el tiempo y en el espacio, temible como un ejército con las banderas desplegadas y ondeando al viento. Confieso que es un espectáculo que llena de inquietud incluso a nuestros más audaces tentadores; pero, por fortuna, se trata de un espectáculo completamente invisible para esos humanos; todo lo que puede ver tu paciente es el edificio a medio construir, en estilo gótico de imitación, que se erige en el nuevo solar. Y cuando penetra en la iglesia, ve al tendero de la esquina que, con una expresión un tanto zalamera, se abalanza hacia él, para ofrecerle un librito reluciente, con una liturgia que ninguno de los dos comprende, y otro librito, gastado por el uso, con versiones corrompidas de viejas canciones religiosas —por lo general, malas—, en un tipo de imprenta diminuto; al llegar a su banco, mira en torno suyo y ve precisamente a aquellos vecinos que, hasta entonces, había procurado evitar. Te trae cuenta poner énfasis en estos vecinos, haciendo, por ejemplo, que el pensamiento de tu paciente pase rápidamente de expresiones como “el cuerpo de Cristo” a las caras de los que tiene sentados en el banco de al lado. Importa muy poco, por supuesto, la clase de personas que realmente haya en el banco. Puede que haya alguien en quien reconozcas a un gran militante del bando del Enemigo; no importa, porque tu paciente, gracias a Nuestro Padre de las Profundidades, es un insensato, y con tal de que alguno de esos vecinos desafine al cantar, o lleve botas que crujan, o tenga papada, o vista de modo extravagante, el paciente creerá con facilidad que, por tanto, su religión tiene que ser, en algún sentido, ridícula. En la etapa que actualmente atraviesa, tiene una idea de los “cristianos” que considera muy espiritual, pero que, en realidad, es predominantemente gráfica: tiene la cabeza llena de togas, sandalias, armaduras y piernas descubiertas, y hasta el simple hecho de que las personas que hay en la iglesia lleven ropa moderna supone, para él, un auténtico (aunque inconsciente, claro está) problema. Nunca permitas que esto aflore a la superficie de su conciencia; no le permitas que llegue a preguntarse cómo esperaba que fuesen. Por ahora, mantén sus ideas vagas y confusas, y tendrás toda la eternidad para divertirte, provocando en él esa peculiar especie de lucidez que proporciona el Infierno.
Trabaja a fondo, pues, durante la etapa de decepción o anticlímax que, con toda seguridad, ha de atravesar el paciente durante sus primeras semanas como hombre religioso. El Enemigo deja que esta desilusión se produzca al comienzo de todos los esfuerzos humanos: ocurre cuando el muchacho que se deleitó en la escuela primaria con la lectura de las Historias de la Odisea, se pone a aprender griego en serio; cuando los enamorados ya se han casado y acometen la empresa efectiva de aprender a vivir juntos. En cada actividad de la vida, esta decepción marca el paso de algo con lo que se sueña y a lo que se aspira a un laborioso quehacer. El Enemigo acepta este riesgo porque tiene la curiosa ilusión de hacer de esos asquerosos gusanillos humanos lo que Él llama Sus “libres” amantes y siervos (“hijos” es la palabra que Él emplea, en Su incorregible afán de degradar el mundo espiritual entero a través de relaciones “contra natura” con los animales bípedos). Al desear su libertad, el Enemigo renuncia, consecuentemente, a la posibilidad de guiarles, por medio de sus aficiones y costumbres propias, a cualquiera de los objetivos que Él les propone: les deja que lo hagan “por sí solos”.
Ahí está nuestra oportunidad; pero también, tenlo presente, nuestro peligro: una vez que superan con éxito esta aridez inicial, los humanos se hacen menos dependientes de las emociones y, en consecuencia, resulta mucho más difícil tentarles.
Cuanto te he escrito hasta ahora se basa en la suposición de que las personas de los bancos vecinos no den motivos racionales para que el paciente se sienta decepcionado. Por supuesto, si los dan —si el paciente sabe que la mujer del sombrero ridículo es una jugadora empedernida de bridge, o que el hombre de las botas rechinantes es un avaro y un chantajista—, tu trabajo resultará mucho más fácil. En tal caso, te basta con evitar que se le pase por la cabeza la pregunta: “Si yo, siendo como soy, me puedo considerar un cristiano, ¿por qué los diferentes vicios de las personas que ocupan el banco vecino habrían de probar que su religión es pura hipocresía y puro formalismo?” Te preguntarás si es posible evitar que incluso una mente humana sé haga una reflexión tan evidente. Pues lo es, Orugario, ¡lo es! Manéjale adecuadamente, y tal idea ni se le pasará por la cabeza. Todavía no lleva él tiempo suficiente con el Enemigo como para haber adquirido la más mínima humildad auténtica: todo cuanto diga, hasta si lo dice arrodillado, acerca de su propia pecaminosidad, no es más que repetir palabras como un loro; en el fondo, todavía piensa que ha logrado un saldo muy favorable en el libro mayor del Enemigo, sólo por haberse dejado convertir, y que, además, está dando prueba de una gran humildad y de magnanimidad al consentir en ir a la iglesia con unos vecinos tan engreídos y vulgares. Manténle en ese estado de ánimo tanto tiempo como puedas.
Tu cariñoso tío,
ESCRUTOPOCarta diablo sobrino2

• A continuación dejo una “nube de etiquetas” a modo de análisis de las palabras de la carta 2ª y su frecuencia de uso (está hecho con una aplicación gratuita que podéis encontrar en: http://www.wordle.net ):nube-carta2-diablo-sobrino

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• Respuesta del Papa Francisco a Eugenio Scalfari: Carta a los que no creen.

13 Viernes Sep 2013

Posted by luisgoros in Cartas, Papa Francisco, Religión

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carta, papa Francisco

papa-francisco-diario la repubblicaEl 7 de julio y el 7 de agosto Eugenio Scalfari, intelectual de izquierda y ateo, fundador y director del periódico “La Repubblica” – en dos artículos escritos para dicho diario – había dirigido “como no creyente” algunas preguntas al Papa Francisco sobre la fe, sobre la Iglesia, sobre las religiones y sobre la búsqueda de la verdad. Y el Papa Francisco ha respondido.

Este es el texto completo de la carta del papa:

Roma, 11 de septiembre de 2013 (Zenit.org)

Apreciado doctor Scalfari:

Es con profunda cordialidad que al menos a grandes líneas quisiera tratar de responder a la carta que, desde las páginas de La Repubblica, se ha querido dirigir a mí el 7 de julio con una serie de reflexiones personales, que luego ha enriquecido en las páginas del mismo diario el 7 de agosto. Le agradezco, en primer lugar, por la atención con la que leyó la encíclica Lumen Fidei. La cual en la intención de mi amado predecesor, Benedicto XVI, que la concibió y escribió gran parte, y la que con gratitud, heredé, se dirige no solo a confirmar en la fe en Jesucristo a aquellos que en aquella ya se reconocen, sino también para despertar un diálogo sincero y riguroso con los que, como Usted, se define “un no creyente por muchos años, interesado y fascinado por la predicación de Jesús de Nazaret”.

Por lo tanto, creo que es muy positivo, no solo para nosotros individualmente, sino también para la sociedad en la que vivimos, detenernos para dialogar de algo tan importante como es la fe, que se refiere a la predicación y a la figura de Jesús. Creo que hay, en particular, dos circunstancias que hacen que este diálogo sea hoy un deber y algo valioso.

Como se sabe, uno de los principales objetivos del Concilio Vaticano II, querido por el papa Juan XXIII y por el ministerio de los papas, es la sensibilidad y contribución que cada uno desde entonces hasta ahora ha dado según el patrón establecido por el Concilio. La primera de las circunstancias –como se recuerda en las páginas iniciales de la Encíclica– deriva del hecho que a lo largo de los siglos de la modernidad, se produjo una paradoja: la fe cristiana, cuya novedad e incidencia sobre la vida del hombre desde el principio han sido expresados precisamente a través del símbolo de la luz, a menudo ha sido calificada como la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón. Así entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana, por una parte, y la cultura moderna de carácter iluminista, por la otra, se ha llegado a la incomunicación. Ahora ha llegado el momento, y el Vaticano II ha inaugurado justamente la estación, de un diálogo abierto y sin prejuicios que vuelva a abrir las puertas para un serio y fructífero encuentro.

La segunda circunstancia, para quien busca ser fiel al don de seguir a Jesús en la luz de la fe, viene del hecho de que este diálogo no es un accesorio secundario de la existencia del creyente: es en cambio una expresión íntima e indispensable. Permítame citarle una afirmación en mi opinión muy importante de la Encíclica: visto que la verdad testimoniada por la fe es aquella del amor –subraya– «está claro que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante; por el contrario, la verdad lo hace humilde, consciente de que, más que poseerla nosotros, es ella la que nos abraza y nos posee. Lejos de ponernos rígidos, la seguridad de la fe nos pone en camino, y hace posible el testimonio y el diálogo con todos» ( n. 34 ). Este es el espíritu que anima las palabras que le escribo.

La fe, para mí, nace de un encuentro con Jesús. Un encuentro personal, que ha tocado mi corazón y ha dado una dirección y un nuevo sentido a mi existencia. Pero al mismo tiempo es un encuentro que fue posible gracias a la comunidad de fe en la que viví y gracias a la cual encontré el acceso a la sabiduría de la Sagrada Escritura, a la vida nueva que como agua brota de Jesús a través de los sacramentos, de la fraternidad con todos y del servicio a los pobres, imagen verdadera del Señor.

Sin la Iglesia –créame–, no habría sido capaz de encontrar a Jesús, siendo consciente de que el inmenso don que es la fe se conserva en las frágiles odres de barro de nuestra humanidad. Y es aquí precisamente, a partir de esta experiencia personal de fe vivida en la Iglesia, que me siento cómodo al escuchar sus preguntas y en buscar, junto con usted, el camino a través del cual podamos, quizás, comenzar a hacer una parte del camino juntos.
Perdóneme si no sigo paso a paso los argumentos propuestos por usted en el editorial del 7 de julio. A mí me parece más fructífero –o por lo menos es más agradable para mí– ir de una determinada manera al corazón de sus consideraciones. No entro ni siquiera en el modo de exposición seguida por la Encíclica, en la que Usted advierte la falta de una sección dedicada específicamente a la experiencia histórica de Jesús de Nazaret.

Observo únicamente, para empezar, que un análisis de este tipo no es secundario. Se trata de hecho, siguiendo después la lógica que guía el desarrollo de la encíclica, de centrar la atención sobre el significado de lo que Jesús dijo e hizo, y así, en última instancia, de lo que Jesús fue y es para nosotros. Las cartas de Pablo y el evangelio de Juan, a los que se hace especial referencia en la Encíclica, se construyen, de hecho, en el sólido fundamento del ministerio mesiánico de Jesús de Nazaret, que llegan a su auge resolutivo en la pascua de muerte y resurrección. Así es que, es necesario confrontarse con Jesús, diría yo, en la realidad y la rudeza de su historia, así como se nos relata sobre todo en el Evangelio más antiguo, el de Marcos.

Observamos entonces que el «escándalo» que la palabra y la práctica de Jesús causan alrededor de él, derivan de su extraordinaria «autoridad»: una palabra, esta, atestiguada desde el Evangelio de Marcos, pero que no es fácil reportar bien en italiano. La palabra griega es «exousia», que literalmente se refiere a lo que «viene del ser», de lo que es. No se trata de algo externo o forzado, sino de algo que emana de su interior y que se impone por sí mismo. Jesús realmente golpea, confunde, innova –como él mismo dice– a partir de su relación con Dios, llamado familiarmente Abbà, lo que le da a esta «autoridad» para que él la emplee a favor de los hombres.
Así, Jesús predica «como quien tiene autoridad», cura, llama a sus discípulos a seguirle, perdona… cosas todas que en el Antiguo Testamento, son de Dios y solo de Dios. La pregunta que más retorna en el Evangelio de Marcos es: «¿Quién es este que …?» , y que tiene que ver con la identidad de Jesús, nace de la constatación de una autoridad diferente a la del mundo, una autoridad que no tiene la intención de ejercer el poder sobre los demás, sino para servir, para darles la libertad y la plenitud de la vida. Y esto al punto de jugarse la propia vida, hasta experimentar la incomprensión, la traición, el rechazo; hasta ser condenado a muerte, hasta caer en el estado de abandono sobre la cruz.

Pero Jesús se mantuvo fiel a Dios hasta el final. Y es precisamente entonces –como exclama el centurión romano al pie de la cruz, en el Evangelio de Marcos–, cuando Jesús se muestra, paradójicamente, ¡como el Hijo de Dios! Hijo de un Dios que es amor y que quiere, con todo su ser, que el hombre, cada hombre, se descubra y viva también él como su verdadero hijo. Esto, para la fe cristiana, está certificado por el hecho de que Jesús ha resucitado: no para demostrar el triunfo sobre aquellos que lo han rechazado, sino para dar fe de que el amor de Dios es más fuerte que la muerte, que el perdón de Dios es más fuerte que todo pecado, y que vale la pena emplear la propia vida, hasta el final, para dar testimonio de este gran regalo.

La fe cristiana cree esto: que Jesús es el Hijo de Dios que vino a dar su vida para abrir a todos el camino del amor. Por lo tanto tiene razón, querido doctor Scalfari, cuando ve en la encarnación del Hijo de Dios la piedra angular de la fe cristiana. Tertuliano escribía: «caro cardo salutis», la carne (de Cristo) es la base de la salvación. Porque la encarnación, es decir, el hecho de que el Hijo de Dios haya venido en nuestra carne y haya compartido alegrías y tristezas, triunfos y derrotas de nuestra existencia, hasta el grito de la cruz, experimentando todo en el amor y en la fidelidad al Abbà, testimonia el increíble amor que Dios tiene respecto a cada hombre, el valor inestimable que le reconoce. Cada uno de nosotros, por lo tanto, está llamado a hacer suya la mirada y la elección del amor de Jesús, para entrar en su manera de ser, de pensar y de actuar. Esta es la fe, con todas las expresiones que se describen puntualmente en la Encíclica.

Siempre en el editorial del 7 de julio, Usted me pregunta también cómo entender la originalidad de la fe cristiana, ya que esta se basa precisamente en la encarnación del Hijo de Dios, en comparación con otras creencias que giran en torno a la absoluta trascendencia de Dios. La originalidad, diría yo, radica en el hecho de que la fe nos hace partícipes, en Jesús, en la relación que Él tiene con Dios, que es Abbà y, de este modo, en la relación que Él tiene con todos los demás hombres, incluidos los enemigos, en signo del amor.

En otras palabras, la filiación de Jesús, como ella se presenta a la fe cristiana, no se reveló para marcar una separación insuperable entre Jesús y todos los demás: sino para decirnos que, en Él, todos estamos llamados a ser hijos del único Padre y hermanos entre nosotros. La singularidad de Jesús es para la comunicación, y no para la exclusión. Por cierto, de aquello se deduce también –y no es poca cosa–, aquella distinción entre la esfera religiosa y la esfera política, que está consagrado en el «dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César», afirmada claramente por Jesús y en la que, con gran trabajo, se ha construido la historia de Occidente.

La Iglesia, por lo tanto, está llamada a diseminar la levadura y la sal del Evangelio, y por lo tanto, el amor y la misericordia de Dios que llega a todos los hombres, apuntando a la meta ultraterrena y definitiva de nuestro destino, mientras que a la sociedad civil y política le toca la difícil tarea de articular y encarnar en la justicia y en la solidaridad, en el derecho y en la paz, una vida cada vez más humana. Para los que viven la fe cristiana, eso no significa escapar del mundo o de la investigación de cualquier hegemonía, pero al servicio de la humanidad, a todo el hombre y a todos los hombres, a partir de la periferia de la historia y suscitando el sentido de la esperanza que impulsa a hacer el bien a pesar de todo y mirando siempre más allá.

Usted me pregunta también, al término de su primer artículo, qué debemos decirle a nuestros hermanos judíos sobre la promesa hecha a ellos por Dios: ¿acaso quedó en el vacío? Es esta –créame– una pregunta que nos desafía radicalmente, como cristianos, ya que con la ayuda de Dios, especialmente a partir del Concilio Vaticano II, hemos descubierto que el pueblo judío sigue siendo para nosotros, la raíz santa de la que germinó Jesús. También yo, en la amistad que he cultivado a lo largo de todos estos años con nuestros hermanos judíos, en Argentina, muchas veces me cuestioné ante Dios en la oración, sobre todo cuando la mente se iba al recuerdo de la terrible experiencia de la Shoah. Lo que puedo decirle, con el apóstol Pablo, es que nunca ha fallado la fidelidad de Dios a su alianza con Israel y que, a través de las pruebas terribles de estos siglos, los judíos han conservado su fe en Dios. Y por esto, con ellos nunca seremos lo suficientemente agradecidos como Iglesia, sino también como humanidad. Ellos justamente perseverando en la fe en el Dios de la alianza los invitan a todos, también a nosotros cristianos, al estar siempre a la espera, como los peregrinos, del regreso del Señor y que por lo tanto, siempre debemos estar abiertos a Él y nunca cerrarnos ante lo que ya hemos alcanzado.

Llego así a las tres preguntas que me pone en el artículo del 7 de agosto. Me parece que, en los dos primeros, lo que le su corazón quiere es entender la actitud de la Iglesia hacia los que no comparten la fe de Jesús.

En primer lugar, me pregunta si el Dios de los cristianos perdona a los que no creen y no buscan la fe. Teniendo en cuenta que –y es la clave– la misericordia de Dios no tiene límites si nos dirigimos a Él con un corazón sincero y contrito, la cuestión para quienes no creen en Dios es la de obedecer a su propia conciencia. El pecado, aún para los que no tienen fe, existe cuando se va contra la conciencia. Escuchar y obedecerla significa de hecho, decidir ante lo que se percibe como bueno o como malo. Y en esta decisión se juega la bondad o la maldad de nuestras acciones.

En segundo lugar, Ud. me pregunta si el pensamiento según el cual no existe ningún absoluto, y por lo tanto ninguna verdad absoluta, sino solo una serie de verdades relativas y subjetivas, se trate de un error o de un pecado. Para empezar, yo no hablaría, ni siquiera para quien cree, de una verdad «absoluta», en el sentido de que absoluto es aquello que está desatado, es decir, que sin ningún tipo de relación. Ahora, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios hacia nosotros en Cristo Jesús. Por lo tanto, ¡la verdad es una relación! A tal punto que cada uno de nosotros la toma, la verdad, y la expresa a partir de sí mismo: de su historia y cultura, de la situación en la que vive, etc. Esto no quiere decir que la verdad es subjetiva y variable, ni mucho menos. Pero sí significa que se nos da siempre y únicamente como un camino y una vida. ¿No lo dijo acaso el mismo Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida»? En otras palabras, la verdad es en definitiva todo un uno con el amor, requiere la humildad y la apertura para ser encontrada, acogida y expresada. Por lo tanto, hay que entender bien las condiciones y, quizás, para salir de los confines de una contraposición… absoluta, replantear en profundidad el tema. Creo que esto es hoy una necesidad imperiosa para entablar aquel diálogo pacífico y constructivo que deseaba desde el comienzo de esta mi opinión.

En la última pregunta me interroga si, con la desaparición del hombre sobre la tierra, desaparecerá también el pensamiento capaz de pensar en Dios. Es verdad, la grandeza del hombre está en ser capaz de pensar en Dios. Y por lo tanto, en el poder vivir una relación consciente y responsable con Él.

Pero la relación es entre dos realidades. Dios –este es mi pensamiento y esta es mi experiencia, ¡y cuántos, ayer y hoy lo comparten!–, no es una idea, aunque sea un alto fruto del resultado del pensamiento del hombre. Dios es una realidad con la «R» mayúscula. Jesús lo revela –y tiene una relación viva con Él–, como un Padre de infinita bondad y misericordia. Dios no depende, por lo tanto, de nuestra forma de pensar. Y de otro lado, mismo cuanto terminará la vida del hombre sobre la tierra – y para la fe cristiana de todos modos, este mundo así como lo conocemos está destinado a tener un fin– el hombre no acabará de existir, y en una manera que nosotros no sabemos, tampoco el universo que fue creado con él. La Escritura habla de «cielos nuevos y tierra nueva» y afirma que, al final, en el dónde y en el cuándo, que está más allá de nosotros, pero hacia el cual, en la fe tendemos con deseo y espera, Dios será «todo en todos».

Estimado doctor Scalfari, concluyo así mis reflexiones, suscitadas por lo que ha querido decirme y preguntarme. Acójalas como una respuesta tentativa y provisional, pero sincera y confiada, con la invitación que le hice de andar una parte del camino juntos. La Iglesia, créame, a pesar de todos los retrasos, infidelidades, errores y pecados que haya cometido y todavía pueda cometer en los que la componen, no tiene otro sentido ni propósito que no sea vivir y dar testimonio de Jesús: Él que fue enviado por el Abbà «para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc. 4, 18-19).

Con fraternal cercanía,
Francesco

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.
(11 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.eugenio-scalfari-director de la repubblicapapa-francisco

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• Cartas de Madre Teresa de Calcuta – Introducción.

28 Viernes Jun 2013

Posted by luisgoros in Madre Teresa

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carta, Madre Teresa

Hoy traigo un fragmento de la introducción del libro “VEN, SE MI LUZ.” – LAS CARTAS PRIVADAS DE LA «SANTA DE CALCUTA». Merece la pena leer el libro.madre teresa1

“Si alguna vez llego a ser santa
—seguramente seré una santa de la «oscuridad».
Estaré continuamente ausente del Cielo
—para encender la luz de aquellos que en la tierra están en la oscuridad.”
MADRE TERESA DE CALCUTA

[…]
La misma Madre Teresa era muy consciente de las insólitas circunstancias de su llamada y de la manera extraordinaria en la que se le pedía que las viviera. Insistía siempre en que se destruyeran todos los documentos que revelaban la inspiración de la fundación de las Misioneras de la Caridad, por temor de que se le diera a ella una preeminencia que creía que se le debía dar solamente a Dios.

“El Padre [Van Exem] también tiene muchas cartas que le escribí en relación con la obra cuando todavía era religiosa de Loreto.—Ahora que el proyecto de Jesús confiado a nosotras está en las Constituciones—esas cartas no son necesarias. Podría tenerlas por favor—ya que eran la expresión misma de mi alma en esos días. Me gustaría quemar todos los papeles que revelan algo de mí.—Excelencia por favor le pido, le ruego que me conceda este deseo—quiero que el secreto de Dios conmigo quede entre nosotros—el mundo no sabe y quiero que continúe así.—Cualquier carta—relativa a la Sociedad(*), usted tiene muchas—nunca he contado—ni siquiera en confesión —cómo comenzó la Congregación.—Usted y el Padre [Van Exem] lo saben—esto es suficiente. Yo era Su pequeño instrumento—ahora que Su voluntad es conocida a través de las Constituciones—todas esas cartas son inútiles.”

(*) Con esta palabra se refiere a la Congregación de las Misioneras de la Caridad.

Al cabo de un año, en 1957, monseñor Périer no había accedido todavía a su petición, ella encontró otra oportunidad para reiterar su súplica. Esta segunda petición tampoco fue aceptada. A medida que pasaba el tiempo y aumentaba el interés por su trabajo, surgió la posibilidad de que ella y la obra fueran objeto de artículos y libros. Esto resultó ser otra prueba para ella. Otra vez temió que monseñor Périer y el padre Van Exem, su director espiritual desde 1944, pudieran hacer públicos los documentos:

“Fui esta mañana pero Usted no estaba. Tengo que hacerle una petición muy grande.—Nunca le he pedido nada personalmente.—Oí por Monsignor E. Barber que el Cardenal Spellman quiere escribir sobre mí y la obra. Monseñor Morrow va a venir a solicitarle todos los documentos.— A Usted y al Padre Van Exem les he confiado mis más profundos pensamientos—-mi amor a Jesús— y Su tierno amor hacia mí—por favor, no le dé nada de 1946. Quiero que la obra permanezca sólo de Él. Cuando se conozca el comienzo, la gente pensará más en mí-—menos en Jesús. Por favor, en el nombre de María, no le diga ni entregue nada. Sé que quieren ayudar a la Congregación económicamente—yo no quiero dinero— mi confianza en Dios es ciega—sé que Él nunca me va a fallar. En estos pocos años lakhs (*) de rupias han pasado por mis manos.—No sé cómo llegaron. Estoy perfectamente feliz y agradecida a Dios por lo que da— yo en cambio sería y permanecería pobre con Jesús y Sus pobres.—Prefiero mendigar y luchar con poco—Déjele que escriba sobre «la obra» y sobre nuestra pobre gente que sufre—que me ayude a pagar la escolarización de nuestros pobres niños y a dar a los inteligentes una oportunidad en la vida.
El Rvdo. Padre Martindale, S. J., quiere escribir tambien y envió recado a través del Capitán Cheshire—he dicho que no.—Sólo soy Su instrumento—por qué tanto sobre mí—cuando la obra es toda de Él. No me la atribuyo. Me fue dada […]” (Madre Teresa al arzobispo Périer, 30 de marzo de 1957.)

(*) Un lakh equivale a 100.000 rupias.

Tres años más tarde, tuvo todavía otra ocasión para pedir que se destruyeran los documentos. El arzobispo de Calcuta, para obtener el reconocimiento pontificio de las Misioneras de la Caridad, tenía que presentar una petición formal al Papa, describiendo la historia y el trabajo de la Congregación bajo su cuidado. Este nuevo examen la preocupaba:

“Excelencia,
Ahora que usted está examinando el archivo de nuestra Congregación—le suplico que destruya cualquier carta que yo le haya escrito—y no esté relacionada con la Congregación.— «La Llamada» fue un delicado don de Dios hacia mí—indigna—No sé por qué me recogió a mí—supongo que igual que la gente que nosotros recogemos— porque son los más indeseados. Desde el primer día hasta hoy—esta nueva vocación mía ha sido un prolongado «Sí» a Dios—sin mirar siquiera el costo.—Mi convicción de que «la obra es Suya»—es más que la realidad.—Nunca he dudado. Sólo me duele cuando la gente me llama fundadora porque sé con certeza que Él lo pidió—«¿Harás esto por Mí?» Todo era Suyo—Yo sólo tenía que entregarme a Su plan—a Su voluntad—Hoy Su obra ha crecido porque es Él, y no yo, quien lo hace a través de mí. Estoy tan convencida de esto—que daría mi vida gustosamente para demostrarlo.” (Madre Teresa al arzobispo Périer, 18 de diciembre de 1960.)

A pesar de ello, monseñor Périer y sus sucesores en el cargo estaban convencidos de que los documentos deberían sobrevivir, aunque Madre Teresa se las arregló para destruir una gran parte de ellos. Del mismo modo, el padre Van Exem luchó durante años contra la insistencia de Madre Teresa para que se destruyeran. Intentó persuadirla de que los guardara en beneficio de las futuras generaciones de sus seguidoras. En 1981 le escribió, «Un último punto para mí ha sido una gran sorpresa: no sé lo que ocurrió con los documentos que guardó el P. Henry. Cuando fui a la iglesia de Santa Teresa el año pasado, no pude encontrar nada de nada. ¿Dónde están ahora los documentos? En mi caso estoy seguro de que no quiero que ocurra esto». Finalmente cedió. El padre Van Exem, poco antes de su muerte en 1993, describió los detalles a monseñor Henry D’Souza, arzobispo de Calcuta en ese momento:

“Excelencia,
Le devuelvo agradecido los documentos que me envió antes de marchar hacia Hong Kong. En relación con el cuaderno de Madre Teresa añado lo siguiente: La propia Madre lo escribió. Aparentemente es un diario pero no lo es. Seguramente una parte fue escrita poco tiempo después de los acontecimientos. No sé si Madre tenía algunas notas. Es probable, puesto que tiene muchas fechas. En algunos lugares he añadido el mes y el año. En los inicios de la Congregación, Madre, tras contestar las cartas que recibía, solía dármelas para que yo se las guardara. Después de un tiempo—pudo haber sido en Creek Lañe—quiso quemar todas las cartas que yo había recibido de ella. Tenía yo entonces dos baúles de cartas, un baúl de cartas de benefactores, y otro de distinta correspondencia. Me negué a darle permiso para destruir las cartas y le dije que debería pedirlo a monseñor Périer, superior general de las M. C. [Misioneras de la Caridad]. Madre fue a monseñor Périer, quien le dijo: «Madre, escriba la historia de la Congregación y el padre Van Exem le dará todas las cartas». Madre comenzó a escribir este libro con fecha 21 de diciembre de 1948 y hasta el 11 de junio de 1949. Por las tardes estaba tan cansada que no pudo continuar la historia por mucho tiempo. Cuando monseñor Dyer sustituyó a monseñor Périer, Madre recurrió a él para obtener el mismo permiso. Él le preguntó qué había decidido monseñor Périer y le dijo que así lo hiciera. Luego vino monseñor Albert Vincent que le dio una negativa rotunda. En 1969 monseñor Picachy vino a Calcuta y Madre me dijo que no mencionara nada sobre sus cartas. Ella sabía lo que diría. En la década de los setenta y en la de los ochenta, continuó insistiendo en que se destruyeran las cartas. Madre fue elegida superiora general de una congregación pontificia desde 1965 y no había gerencia de ningún arzobispo. Entonces le envié los baúles de cartas a Madre pero en una larga carta le explicaba que algunas de las cartas no le pertenecían a ella sino a la Congregación. Yo me quedé con el cuaderno de Madre hasta que se lo envié a Su Excelencia. Hoy le devuelvo los documentos que recibí de usted.” (Padre Celeste Van Exem, S. J., al arzobispo H. D’Souza,12 de marzo de 1993.)

Aunque el conocimiento de su inspiración permaneció como el privilegio del padre Van Exem y de monseñor Périer, con el paso de los años algunos sacerdotes conocieron la oscuridad espiritual de Madre Teresa. Ella revelaba su estado interior sólo porque sentía que Dios le urgía a que lo hiciera. No importaban sus propias preferencias personales; a Él no se podía negar. Estos sacerdotes demostraron ser valiosos ayudantes—verdaderos «Simones de Cirene» en este «camino de la Cruz».
Los destinatarios de estas cartas fueron los primeros en darse cuenta de que la oscuridad era un elemento esencial de su vocación, y previeron que dar a conocer su experiencia ofrecería un testimonio precioso de la santidad de Madre Teresa y ayudaría a continuar su misión más allá de su vida. El padre Neuner explicaba:

“Contra su petición explícita de que se quemaran estas páginas después de haberlas leído, sentí que tenía que conservarlas puesto que revelaban un aspecto de su vida, la verdadera profundidad de su vocación, de la que nadie parecía ser consciente. Todos vieron su valiente lucha para establecer su obra, su evidente amor por los pobres y los que sufren, y el cuidado de sus Hermanas; pero la oscuridad espiritual seguía siendo su secreto. Parecía jovial en su vida diaria, incansable en su trabajo. Su agonía interior no debilitaría sus actividades. Con su inspirado liderazgo guió a sus hermanas, fundó nuevos centros, se hizo famosa, pero por dentro tenía un vacío total. Estas páginas revelan el cimiento sobre el que se levantó su misión. Sería importante para sus Hermanas y para otros muchos, saber que su obra tenía su raíz en el misterio de la misión de Jesús, en unión con Aquel que, a punto de morir en la cruz, se sintió abandonado por su Padre.”

En algunas de las cartas y notas sobre su oscuridad interior, Madre Teresa había escrito «asunto de conciencia ». Para Madre Teresa, cada palabra que escribía sobre su oscuridad interior (ya lo indicara o no) entraba en esta categoría. Uno de los sacerdotes que sabía de su oscuridad arrojó luz sobre las razones para preservar y revelar estos documentos:

“¿Objetaría todavía Madre, ahora que ya no está con nosotros en la tierra, que estas cartas hayan sido preservadas por el cardenal Picachy y que ahora, tras la muerte de los dos, hayan salido a la luz? Ahora, sin duda, ella ha entendido que pertenece a la Iglesia. Es enseñanza tradicional de la Iglesia que el carisma místico de los amigos cercanos de Dios tiene un significado para el bien de toda la Iglesia, y no para ellos mismos. Mucha gente que atraviesa por pruebas semejantes podría sacar de estas cartas ánimo y esperanza. Probablemente haya muchas más personas de éstas de las que pensamos—aunque en grados diversos de intensidad [de pruebas].” (Padre Albert Huart, S. J., «Mother Teresa: Joy in the Night»: Review for Religious 60, n.° 5 (septiembre-octubre 2001) p. 501.)

En cuanto a la expresión de Madre Teresa «Parte de mi Confesión», debe entenderse que lo que ella quería decir no era parte del sacramento de la reconciliación. Uno no puede hacer una confesión sacramental escribiendo los propios pecados en un pedazo de papel y enviándoselo a un sacerdote. Los sacerdotes que recibían sus cartas la entendían bien: había escrito lo que no era capaz de decir cuando se encontraba con ellos durante la dirección espiritual. Era su modo de indicar que el asunto era confidencial; para ella significaba lo mismo que «asunto de conciencia».
[…]madre_teresa1madre_teresa2madre_teresa3

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• Carta de León Tolstoi al Mahatma Gandhi.

24 Miércoles Abr 2013

Posted by luisgoros in Cartas, Gandhi

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carta, Gandhi, Tolstoi

Os recomiendo que leáis esta carta que el escritor ruso León Tolstoi le escribió a Gandhi en 1910.
Es muy interesante y muy actual.

“Kotschety, 7 de septiembre de 1910.

He recibido su diario “Indian Opinion” y me he alegrado de conocer lo que informa de los no resistentes absolutos. He sentido el deseo de expresarle los pensamientos que ha despertado en mí la lectura.

Cuanto más vivo -y sobre todo ahora que siento con claridad la proximidad de la muerte-, más fuerte es la necesidad de manifestarme sobre lo referente a lo que más vivamente interesa a mi corazón y sobre lo que me parece de una importancia inaudita. Es, a saber: que lo que se llama no resistencia resulta ser, a fin de cuentas, la enseñanza de la ley del amor, no deformada todavía por interpretaciones mentirosas. El amor o, en otros términos, la aspiración de las almas a la comunión humana y a la solidaridad, representa la Ley Superior y única de la vida. Y eso cada uno lo sabe y lo siente en lo profundo de su corazón (nosotros lo vemos muy claramente en el niño); lo sabe todo el tiempo en que permanece fuera del engaño, de la trama de la mentira, del pensamiento del mundo. Esta ley ha sido promulgada por todos los sabios de la humanidad: indios, chinos, hebreos, griegos y romanos. Ella ha sido, yo creo, expresada lo más claramente por Cristo, que ha dicho en términos exactos que esta ley contiene toda la ley y todos los profetas. Pero hay más: previendo las deformaciones que amenazan dicha ley, ha denunciado expresamente el peligro de que sea desnaturalizada por las gentes cuya vida está entregada a los intereses materiales. Tal peligro radica en que se creen autorizados a defender sus intereses por la violencia, o según su expresión, a devolver golpe por golpe, a recuperar por la fuerza lo que ha sido arrebatado por la fuerza, etc. El sabía (como lo sabe todo hombre razonable) que el empleo de la violencia es incompatible con el amor, que es la más elevada ley de la vida. Sabía que en cuanto se admitiese la violencia en un solo caso, la ley estaba, de hecho, abolida. Toda la civilización cristiana, tan brillante en apariencia, ha creado este equívoco y esta extraña contradicción flagrante, en algunos casos deliberada, pero más a menudo inconsciente.

En realidad, en cuanto la resistencia por la violencia ha sido admitida, la ley del amor queda sin valor y ya no puede tenerlo más. Y si la ley del amor queda sin valor, no hay ninguna ley, excepto el derecho del más fuerte. Así vivió la cristiandad durante diecinueve siglos. Por lo demás en todos los tiempos, los hombres han tomado la fuerza como principio guía de la organización social. La diferencia entre las naciones cristianas y las otras no es más que esto: en la cristiandad, la ley del amor había sido planteada clara y exactamente como en ninguna otra religión, y los cristianos la han aceptado solemnemente, aunque hayan considerado como lícito el empleo de la violencia y hayan fundamentado su vida sobre la violencia. De modo que la vida de los pueblos cristianos es una contradicción completa entre su confesión y la base que la sustenta. Entre el amor, que debe ser la ley de la acción, y la violencia, que está reconocida bajo formas diversas, tales como: gobierno, tribunales y ejércitos declarados y aprobados. Esta contradicción se ha acentuado con el desarrollo de la vida interior y ha llegado al paroxismo en estos últimos tiempos.

Hoy la cuestión se plantea así: sí o no. ¡Hay que escoger! O bien admitir que no reconocemos ninguna enseñanza moral y religiosa, o dejarnos guiar en la conducta de nuestra vida por el derecho del más fuerte. O bien obrar de manera que todos los impuestos cobrados por obligación, todas nuestras instituciones de justicia y de policía, y ante todo el ejercito, sean abolidos. Durante la primavera última, en el examen religioso de un instituto de jóvenes, en Moscú, el instructor religioso primero y después el arzobispo que asistía a él, han interrogado a las niñas sobre los diez mandamientos y, principalmente, sobre el quinto: “¡No matarás!”. Cuando la respuesta era exacta, el arzobispo añadía con frecuencia esta pregunta: ¿Está siempre y en todos los casos prohibido matar por la ley de Dios?”. Y las pobres niñas, pervertidas por los confesores, debían responder y respondían: “No, no siempre, pues en la guerra y en las ejecuciones está permitido matar”. Sin embargo, una de estas desgraciadas criaturas (esto me ha sido contado por un testigo visual), habiendo recibido la pregunta de costumbre: “¿Matar es siempre un pecado?”, enrojeció y dijo decidida: “¡Siempre! Y a todos los sofismas del arzobispo, replicó inquebrantable que estaba prohibido siempre y en todos los casos matar. Eso, ya por el Viejo Testamento, en cuanto a Cristo, no solamente prohibido matar, sino hacer daño al prójimo. A pesar de toda su majestad y su habilidad oratoria, el arzobispo tuvo que cerrar la boca y la joven triunfó.

¡Sí, nosotros podemos divagar en nuestros periódicos acerca del progreso de la aviación, las complicaciones de la diplomacia, los clubs, los descubrimientos, las llamadas obras de arte, y silenciar lo que ha dicho esta joven! Pero no podemos ahogar el pensamiento, puesto que todo hombre cristiano siente como ella, más o menos oscuramente. El socialismo, la anarquía, el ejército de salvación, la criminalidad reciente, el paro, el lujo monstruoso de los ricos que no cesa de aumentar, y la negra miseria de los pobres, la terrible progresión de los suicidios; todo este estado de cosas testimonia la contradicción interior que debe ser y que será resuelta. Resuelta verdaderamente en el sentido del reconocimiento de la ley del amor y de la condena de todo empleo de la violencia. A esto responde su actitud en el Transvaal, que nos parece a nosotros en el fin del mundo y que se encuentra, sin embargo, en el centro de nuestros intereses; y es la más importante de todas las de la tierra de hoy; no solamente los pueblos cristianos, sino todos los pueblos del mundo tomarán parte en ella.

Le será tal vez agradable saber que en nuestro país, en Rusia, una agitación parecida se desarrolla rápidamente con las negaciones al servicio militar, que aumentan de año e año. Aunque débil todavía entre ustedes el número de los no resistentes y entre nosotros el de los refractarios, los unos y los otros pueden decirse: “Dios está con nosotros. Y Dios es más poderoso que los hombres. En la profesión de fe cristiana, aun bajo la forma del cristianismo y en la creencia simultánea de la necesidad de ejército y armamentos para las enormes carnicerías de la guerra, existe una contradicción tan manifiesta que debe, tarde o temprano –probablemente demasiado temprano- manifestarse en toda su desnudez. Entonces será preciso, o bien aniquilar la religión cristiana, sin la cual, sin embargo, el poder de los Estados no se podría mantener, o suprimir el ejército y renunciar a todo empleo de la fuerza, que no es menos necesario a los Estados. Esta contradicción es observada por todos los gobiernos, tanto por el de ustedes, británico, como por el nuestro, ruso; y por instinto de conservación, ellos persiguen a los que la descubren, con más energía que a toda actividad enemiga del Estado. Nosotros lo hemos visto en Rusia y lo vemos por lo que publica su periódico. Los gobiernos saben muy bien dónde está el más grave de los peligros que amenaza, y no son solamente sus intereses los que ellos protegen tan vigilantes. Ellos saben que combaten por el ser o no ser.

León Tolstoi”Leon Tolstoi1gandhi1

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• Cartas del diablo a su sobrino – 1.

01 Viernes Mar 2013

Posted by luisgoros in C.S.Lewis, Libros, Religión

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C. S. Lewis, carta, Cartas del diablo a su sobrino, Enemigo, Escrutopo, libro, Orugario, paciente, verdad, vida

Hoy quiero recomendaros un libro que me gustó mucho. Se trata de “CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO” (“The Screwtape letters”) de C.S. Lewis (publicado en 1942).
El libro consta de treinta y una cartas escritas por el anciano y experimentado diablo Escrutopo, a su sobrino Orugario, un demonio principiante, en las que le da consejos para debilitar la fe del humano que tiene a cargo el joven diablo. Aquí os traigo el prefacio y la primera carta:cartas-del-diablo1

Prefacio:
No tengo la menor intención de explicar cómo cayó en mis manos la correspondencia que ahora ofrezco al público.
En lo que se refiere a los diablos, la raza humana puede caer en dos errores iguales y de signo opuesto. Uno consiste en no creer en su existencia. El otro, en creer en los diablos y sentir por ellos un interés excesivo y malsano. Los diablos se sienten igualmente halagados por ambos errores, y acogen con idéntico entusiasmo a un materialista que a un hechicero. El género de escritura empleado en este libro puede ser logrado muy fácilmente por Cualquiera que haya adquirido la destreza necesaria; pero no la aprenderán de mí personas mal intencionadas o excitables, que podrían hacer mal uso de ella.
Se aconseja a los lectores que recuerden que el diablo es un mentiroso. No debe aceptarse como verídico, ni siquiera desde su particular punto de vista, todo lo que dice Escrutopo. No he tratado de identificar a ninguno de los seres humanos mencionados en las cartas, pero me parece muy improbable que los retratos que hacen, por ejemplo, del padre Spike, o de la madre del paciente, sean enteramente justos. El pensamiento desiderativo se da en el Infierno lo mismo que en la Tierra.
Para terminar, debiera añadir que no se ha hecho el menor esfuerzo para esclarecer la cronología de las cartas. La número XVII parece haber sido redactada antes de que el racionamiento llegase a ser drástico, pero, por lo general, el sistema de fechas diabólico no parece tener relación alguna con el tiempo terrestre, y no he intentado recomponerlo. Evidentemente, salvo en la medida en que afectaba, de vez en cuando, al estado de ánimo de algún ser humano, la historia de la Guerra Europea carecía de interés para Escrutopo.

C. S. LEWIS

Magdalen College, 5 de julio de 1941

“La mejor forma de expulsar al diablo, si no se rinde ante el texto de las Escrituras, es mofarse y no hacerle caso porque no puede soportar el desprecio.”
LUTERO
“El diablo… el espíritu orgulloso… no puede aguantar que se mofen de él…”
TOMÁS MOROcartas-del-diablo2

CARTA 1:

Mi querido Orugario:

Tomo nota de lo que dices acerca de orientar las lecturas de tu paciente y de ocuparte de que vea muy a menudo a su amigo materialista, pero ¿no estarás pecando de ingenuo? Parece como si creyeses que los razonamientos son el mejor medio de librarle de las garras del Enemigo. Si hubiese vivido hace unos (pocos) siglos, es posible que sí: en aquella época, los hombres todavía sabían bastante bien cuándo estaba probada una cosa, y cuándo no lo estaba; y una vez demostrada, la creían de verdad; todavía unían el pensamiento a la acción, y estaban dispuestos a cambiar su modo de vida como consecuencia de una cadena de razonamientos. Pero ahora, con las revistas semanales y otras armas semejantes, hemos cambiado mucho todo eso. Tu hombre se ha acostumbrado, desde que era un muchacho, a tener dentro de su cabeza, bailoteando juntas, una docena de filosofías incompatibles. Ahora no piensa, ante todo, si las doctrinas son “ciertas” o “falsas”, sino “académicas” o “prácticas”, “superadas” o “actuales”, “convencionales” o “implacables”. La jerga, no la argumentación, es tu mejor aliado en la labor de mantenerle apartado de la iglesia. ¡No pierdas el tiempo tratando de hacerle creer que el materialismo es la verdad! Hazle pensar que es poderoso, o sobrio, o valiente; que es la filosofía del futuro. Eso es lo que le importa.

La pega de los razonamientos consiste en que trasladan la lucha al campo propio del Enemigo: también Él puede argumentar, mientras que en el tipo de propaganda realmente práctica que te sugiero, ha demostrado durante siglos estar muy por debajo de Nuestro Padre de las Profundidades. El mero hecho de razonar despeja la mente del paciente, y, una vez despierta su razón, ¿quién puede prever el resultado? Incluso si una determinada línea de pensamiento se puede retorcer hasta que acabe por favorecernos, te encontrarás con que has estado reforzando en tu paciente la funesta costumbre de ocuparse de cuestiones generales y de dejar de atender exclusivamente al flujo de sus experiencias sensoriales inmediatas. Tu trabajo consiste en fijar su atención en este flujo. Enséñale a llamarlo “vida real” y no le dejes preguntarse qué entiende por “real”.

Recuerda que no es, como tú, un espíritu puro. Al no haber sido nunca un ser humano (¡oh, esa abominable ventaja del Enemigo!), no te puedes hacer idea de hasta qué punto son esclavos de lo ordinario. Tuve una vez un paciente, ateo convencido, que solía leer en la Biblioteca del Museo Británico. Un día, mientras estaba leyendo, vi que sus pensamientos empezaban a tomar el mal camino. El Enemigo estuvo a su lado al instante, por supuesto, y antes de saber a ciencia cierta dónde estaba, vi que mi labor de veinte años empezaba a tambalearse. Si llego a perder la cabeza, y empiezo a tratar de defenderme con razonamientos, hubiese estado perdido, pero no fui tan necio. Dirigí mi ataque, inmediatamente, a aquella parte del hombre que había llegado a controlar mejor, y le sugerí que ya era hora de comer. Presumiblemente —¿sabes que nunca se puede oír exactamente lo que les dice?—, el Enemigo contraatacó diciendo que aquello era mucho más importante que la comida; por lo menos, creo que ésa debía ser la línea de Su argumentación, porque cuando yo dije: “Exacto: de hecho, demasiado importante como para abordarlo a última hora de la mañana”, la cara del paciente se iluminó perceptiblemente, y cuando pude agregar: “Mucho mejor volver después del almuerzo, y estudiarlo a fondo, con la mente despejada”, iba ya camino de la puerta. Una vez en la calle, la batalla estaba ganada: le hice ver un vendedor de periódicos que anunciaba la edición del mediodía, y un autobús número 73 que pasaba por allí, y antes de que hubiese llegado al pie de la escalinata, ya le había inculcado la convicción indestructible de que, a pesar de cualquier idea rara que pudiera pasársele por la cabeza a un hombre encerrado a solas con sus libros, una sana dosis de “vida real” (con lo que se refería al autobús y al vendedor de periódicos) era suficiente para demostrar que “ese tipo de cosas” no pueden ser verdad. Sabía que se había salvado por los pelos, y años después solía hablar de “ese confuso sentido de la realidad que es la última protección contra las aberraciones de la mera lógica”. Ahora está a salvo, en la casa de Nuestro Padre.

¿Empiezas a coger la idea? Gracias a ciertos procesos que pusimos en marcha en su interior hace siglos, les resulta totalmente imposible creer en lo extraordinario mientras tienen algo conocido a la vista. No dejes de insistir acerca de la normalidad de las cosas. Sobre todo, no intentes utilizar la ciencia (quiero decir, las ciencias de verdad) como defensa contra el Cristianismo, porque, con toda seguridad, le incitarán a pensar en realidades que no puede tocar ni ver. Se han dado casos lamentables entre los físicos modernos. Y si ha de juguetear con las ciencias, que se limite a la economía y la sociología; no le dejes alejarse de la invaluable “vida real”. Pero lo mejor es no dejarle leer libros científicos, sino darle la sensación general de que sabe todo, y que todo lo que haya pescado, en conversaciones o lecturas es “el resultado de las últimas investigaciones”. Acuérdate de que estás ahí para embarullarle; por como habláis algunos demonios jóvenes, cualquiera creería que nuestro trabajo consiste en enseñar.

Tu cariñoso tío,
ESCRUTOPO”

• La imagen que pongo, como no podía ser de otra forma, es del “Señor de la Oscuridad” (en su excelente representación de la película “Legend” de Ridley Scott, 1985):legend4
• Puesto que en la vida toda acción conlleva una reacción, no puedo dejar de poner la ilustración siguiente (ya sabéis: la eterna lucha entre el bien y el mal):carta-angel2-apocalypto_by_grzegorz_rutkowski600_444• A continuación dejo una “nube de etiquetas” a modo de análisis de las palabras de la carta primera y su frecuencia de uso (está hecho con una aplicación gratuita que podéis encontrar en: http://www.wordle.net ):nube-texto-carta 1-cslewis

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• Carta de J.R.R.Tolkien sobre Tom Bombadil.

21 Lunes Ene 2013

Posted by luisgoros in Cartas, Fantasia, J.R.R.Tolkien, Libros

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carta, Tolkien, Tom Bombadil

Ahora que está de actualidad la obra de J.R.R.Tolkien, os traigo un fragmento de una carta suya sobre Tom Bombadil, personaje misterioso que aparece en ESDLA, cuyo atractivo se basa más en lo que no se cuenta que en lo que se dice de él:

“Tom Bombadil no es una persona importante, al menos en relación con la narración. Supongo que tiene cierta importancia como «comentario». Quiero decir, no es así como yo escribo realmente: es sólo una invención (que apareció por primera vez en la Oxford Magazine en 1933 aproximadamente) y representa algo que yo siento importante, aunque no estaría preparado para analizar ese sentimiento con precisión. Sin embargo, no lo habría incluido si no tuviera alguna especie de función. Podría enunciarlo de este modo: La historia se constituye en términos de un aspecto bueno y otro malo, la belleza contra una implacable fealdad, la tiranía en contra del reinado, la libertad moderada con consentimiento contra la compulsión que hace ya mucho ha perdido todo otro motivo que el mero poder, y así sucesivamente; pero ambos aspectos, conservador o destructivo, requieren, en cierto grado, algo de control. Sin embargo, si usted ha renunciado al control, como quien hace «un voto de pobreza», y se deleita en las cosas por sí mismas sin ninguna referencia a su propia persona, contemplando, observando, y hasta cierto punto conociendo, entonces la cuestión de lo bueno y lo malo del poder y del control carecería para usted de toda significación, y los mecanismos del poder le serían completamente inservibles. Éste es un punto de vista pacifista natural que siempre surge cuando se produce una guerra. Pero el punto de vista de Rivendel parece ser que es excelente haber representado, pero que de hecho hay cosas con las que no puede medirse, y de las que depende no obstante su existencia. En última instancia, sólo la victoria del Oeste permitirá que Bombadil continúe y aun que sobreviva. Nada había para él en el mundo de Sauron.”

Fuente: http://www.anarda.net/tolkien/selec-cartas.html

“Tenía una chaqueta azul y larga barba castaña, los ojos eran azules y brillantes y la cara roja como una manzana madura, pero plegada en cientos de arrugas de risa.”
[…]
“El Antiguo, eso es lo que soy. Prestad atención, amigos míos: Tom estaba aquí antes que el río y los árboles. Tom recuerda la primera gota de lluvia y la primera bellota. Abrió senderos antes de que apareciese la Gente Grande, y vio llegar a la Gente Pequeña. Estaba aquí antes que los Reyes y los sepulcros y los Tumularios. Cuando los Elfos marcharon hacia el oeste, Tom ya estaba aquí, antes de que los mares se replegaran. Conoció la oscuridad bajo las estrellas antes de que apareciera el miedo, antes de que el Señor Oscuro viniera de Afuera.”

— El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien

tom bombadil1

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• Karol Wojtyla y el Padre Pio: tres cartas.

28 Viernes Dic 2012

Posted by luisgoros in Cartas, Historia, Karol Wojtyła - Juan Pablo II, Padre Pio, Religión

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carta, Juan Pablo II, Padre Pio

En el año 1962, Angelo Battisti, funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano (y al mismo tiempo, administrador de la “Casa Sollievo della Sofferenza”), recibió el encargo del Vaticano de entregarle al Padre Pío una carta. Cuenta Battisti que al llegar al convento, encontró al Padre Pío en su celda, en oración. Al mostrarle la carta, fechada el 17 de noviembre de 1962, el Padre Pío le pidió que el mismo Battisti la abriera y se la leyera. La carta, manuscrita y en latín, decía lo siguiente:

Primera Carta:

karol-padre pio-carta1

“Venerable Padre, te ruego que eleves a Dios una oración por una madre de cuatro hijas, que tiene 40 años y vive en Cracovia, en Polonia. Durante la última guerra pasó cinco años en un campo de concentración de Alemania. Está en gravísimo peligro de perder la vida a causa de un cáncer. Ruega para que Dios, por la intercesión de la Santísima Virgen, le muestre su misericordia a ella y a su familia”. En Cristo obligadísimo Karol Wojtyla”.

Luego de aguardar segundos en silencio, el Padre Pío exclamó: “¡A este no le puedo decir que no!”. Y añadió: “Angiolino, guarda esta carta porque un día será importante”.

Angelo Battisti se quedó intrigado por la respuesta del Padre Pío: ¿por qué razón, a “éste” el Padre Pío no le podía decir que no? ¿Quién era ese “éste”? Lo poco que averiguó Battisti fue que Karol Wojtyla era un joven sacerdote polaco, designado hacía pocos años como Obispo en Cracovia. La historia pudo concluir ahí, pero no.

Once días después (el 28 de noviembre de 1962), Angelo Battisti retornaba con otra carta para el Padre Pío. Como en la vez anterior, el Padre Pío le pidió que abriera la carta y se la leyera, mientras él escuchaba con la cabeza recogida y en silencio. La carta decía lo siguiente:

Segunda Carta:

karol-padre pio-carta2

“Venerado Padre, la mujer que vive en Cracovia, en Polonia, madre de 4 niñas, el día 21 de noviembre antes de la operación quirúrgica se curó repentinamente. Damos gracias a Dios y también a ti venerado padre expreso mi sincero agradecimiento a nombre de la señora, de su marido y de toda su familia. En Cristo, Karol Wojtyla, Obispo Capitular de Cracovia”.

Y una vez más, el Padre Pío le dijo: “Angiolino, guarda estas dos cartas que pueden ser útiles en el futuro”.

Tercera carta:

Hay una carta inédita que Karol Wojtyla envió a Padre Pío de Pietrelcina, el fraile con los estigmas, pocos días antes de ser nombrado arzobispo de Cracovia. Una carta nunca publicada ni conocida, que la postulación de la causa de beatificación de Juan Pablo II ha hallado en el archivo de la Curia de Cracovia y que quizá inicialmente había sido confundida con la transcripción de una de las dos cartas del futuro Papa al futuro santo ya conocidas. En cambio aquella copia escrita a máquina era del todo desconocida y añade una nueva prueba fundamental a la reconstrucción de la relación entre Wojtyla y el Padre Pío.

Como es sabido se conocían dos letras, escritas en latín y enviadas al fraile el 17 y el 28 de noviembre de 1962 por el joven obispo auxiliar de Cracovia que en aquellos días se encontraba en Roma para el Concilio. En la primera Wojtyla pedía las oraciones del Padre Pío por la médica Wanda Poltawska, madre de familia, enferma de cáncer. En la segunda el obispo agradecía al santo del Gargano por la curación acaecida de la mujer. La nueva misiva (Archivo de la Curia de Cracovia, fondo K. Wojtyla, BI 3123 a), está fechada el 14 de diciembre de 1963 y es más larga que las precedentes. Como las otras dos fue escrita en Roma, probablemente en la conclusión de la segunda sesión del Concilio Vaticano II. Ha sido publicada y comentada por don Francesco Castelli –colaborador de la postulacón de la causa de Juan Pablo II– en el nuevo número de la revista “Servi della Sofferenza”.

Al final de las primeras líneas, Wojtyla hace referencia a las precedentes peticiones dirigidas por él al Padre Pio: «Vuestra paternidad se acordará ciertamente que ya algunas veces en el pasado me he permitido recomendar a Sus oraciones casos particularmente dramáticos y dignos de atención». Y ya aquí hay una primera sorpresa. Hasta hoy, de hecho, se ha sabido siempre que el futuro Papa pidió y obtuvo las oraciones del fraile sólo para la médica Poltawska. No se conocían otros casos. El joven obispo polaco agradece al Padre Pío la curación de una mujer enferma de cáncer –está claro que se trata del caso ya conocido– pero en el número de las personas curadas Wojtyla añade el hijo de un abogado, gravemente enfermo desde el nacimiento. «Ambas personas están bien», declara en el texto inédito. Por lo tanto, además de esta carta y a las dos ya conocidas existe al menos otra misiva con la cual Wojtyla pedía la curación del joven.

El futuro Papa recurre después al Padre Pío por una señora paralizada de su diócesis, por tanto una nueva petición. Ulterior indicio de una relación consolidada. Pero no es todo. Esta vez, de hecho, el obispo añade una petición personal: «Al mismo tiempo me permito recomendarle las ingentes dificultades pastorales que mi pobre obra encuentra en la presente situación». ¿A qué se refiere Wojtyla, que por primera vez pide algo para sí mismo? ¿Y cuáles son las «ingentes dificultades» que apunta? Desde la mitad de 1962 monseñor Wojtyla atraviesa una fase delicada de su vida. En junio de 1962 había muerto el arzobispo de Cracovia, Baziak, y desde hacía meses estaba abierta la búsqueda de un candidato para la sucesión que sea grato al primado polaco, el cardenal Stefan Wyszynski, y a la autoridad del Estado. Wyszynski había presentado más veces ternas de nombres rechazadas por el gobierno comunista. Después de dos ternas distintas rechazadas de plano, un alto funcionario del Partido comunista, Zenon Kliszko, sugiere que se proponga a «un hombre de diálogo, como el joven obispo auxiliar, del cual he olvidado el nombre, con el cual en dos semanas hemos resuelto el caso del seminario de Cracovia».

Aquel obispo es Karol Wojtyla, que había reivindicado con firmeza el derecho de la Iglesia sobre la sede del seminario, ocupado por los comunistas locales. Con sólo 43 años, Karol Wojtyla se encuentra así arzobispo de la sede cardinalicia de Cracovia, después de haber regido durante más de un año y medio aquella sede como administrador apostólico, entre «ingentes dificultades pastorales».

Nótese la coincidencia de las fechas. La carta del futuro Papa al Padre Pío, con la petición de oraciones e intercesión, es del 14 de diciembre. Exactamente dos semanas después, el 30 de diciembre, llega la designación como arzobispo metropolitano de la prestigiosa diócesis polaca.

Como es sabido, Wojtyla y Padre Pío se encontraron sólo una vez, en 1948. Pero el descubrimiento de esta nueva carta atestigua la profundidad del vínculo existente entre el fraile con los estigmas y el Papa que lo proclamará beato y después santo.karol-padre pio-carta3

En la carta se lee:

“Vuestra paternidad se acordará ciertamente que ya algunas veces en el pasado me he permitido recomendar a Sus oraciones casos particularmente dramáticos y dignos de atención.
Quisiera, por lo tanto, agradecerle vivamente también en nombre de los interesados, por Sus oraciones a favor de una señora medico católica, enferma de cáncer, y el hijo de un abogado de Cracovia, gravemente enfermo desde su nacimiento. Ambos ya están bien, gracias a Dios.
Me permito por otra parte, Padre Reverendísimo, encomendar a Sus oraciones una señora paralizada de nuestra Arquidiócesis.
Y al mismo tiempo me permito recomendarle las ingentes dificultades pastorales que mi pobre obra encuentra en la presente situación.
Hago propicia la ocasión para reiterarle mi inmensa gratitud”

Firmaba Carlo Wojtyla, Vescovo tit. di Ombi, Vicario Capitolare di Cracovia (la carta está escrita en italiano) .

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• Tres cartas de C. S. Lewis

01 Sábado Dic 2012

Posted by luisgoros in C.S.Lewis, Cartas, Libros, Religión, Vida

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C. S. Lewis, carta

Bueno, espero que con las entradas anteriores podáis tener una idea de “como respiro”. Por tanto, con este post doy inagurado oficialmente este blog.
Espero que os guste.
Para empezar, os traigo unas cartas del escritor C.S.Lewis:

Estas cartas de C. S. Lewis fueron escritas a Sheldon Vanauken, que posteriormente escribiera el best-seller “A severe mercy”. Vanauken pidió a Lewis el permiso de utilizar las cartas en su texto “Encuentro con la luz” y Lewis accedió. Vanauken puso posteriormente las cartas en el dominio público.

CARTA 1:

” Estimado Sr. Vanauken:
Mi posición, en el umbral del cristianismo, era exactamente la contraria a la suya. Usted desea que sea verdad; yo ansiaba fuertemente que no lo fuera. Al menos, ese era mi deseo consciente: usted puede sospechar que existían en mí deseos inconscientes de tipo opuesto, y que fueron éstos los que finalmente me empujaron adentro. Bien: pero entonces yo también puedo sospechar que, bajo su deseo consciente de que el cristianismo sea verdad, existe al acecho un fuerte deseo inconsciente de que no lo sea. Así, solamente podemos concluir que el pensamiento moderno, por más que pueda ser útil para explicar el origen de un error (que uno sepa ya que es un error), es perfectamente inútil para decidir cuál de dos creencias es el error y cuál es la verdad. Porque
(a.) Uno nunca conoce todos sus deseos, y
(b.) En las grandes cuestiones, tales como estas, aún los deseos conscientes tienen su parte en los dos lados, casi siempre.
Lo que pienso que uno puede decir con certeza es ésto: La idea “Todos quisieran que el cristianismo fuera verdad, por lo tanto los ateos son los valientes que han afrontado la derrota de sus deseos más profundos” es un absurdo impúdico.
Imagine usted que gente como Stalin, Hitler, Haldane, Stapledon (…) despiertan una mañana y descubrien que ellos no son sus propios amos, que tienen un Señor y un Juez, que no existe nada, incluso en lo más profundo de sus pensamientos, sobre lo cual ello puedan decirle a Él: “¡Fuera de aquí! ¡Lugar privado! ¡Esto es asunto mío!” ¿Cree ud. que se sentirían contentos? Su primera reacción sería (como fue la mía) de ira y terror. Y dudo mucho que ud. mismo encontrara tal cosa simplemente placentera.
¿Acaso la verdad no es que eso gratificaría algunos de nuestros deseos (que muy esporádicamente sentimos) y que a la vez frustraría muchos otros? De modo que dejemos de lado el tema del deseo. Eso nunca ayudó a nadie a solucionar ningún problema.
No concuerdo con su visión de la historia de la religión: Cristo, Buda, Mahoma y otros, haciendo elaboraciones a partir de una simplicidad original. Creo, sí, que el budismo es una simplificación del hinduismo y el islamismo es una simplificación del cristianismo. Pero la religión clara, transparente, simple (el Tao con el agregado de un dios vago, ético en el fondo) es un desarrollo tardío, que se da generalmente entre la gente intelectual, en las ciudades. Con lo que uno realmente comienza es con ritual, mito, y misterio; la muerte y la vuelta de Osiris, las danzas, las iniciaciones, los sacrificios, los reyes divinos. En oposición a esto surgen los filósofos, Aristóteles, Confucio; pero esto apenas puede ser llamado religión. Los únicos dos sistemas en los cuales los misterios y las filosofías van juntos son hinduismo y cristianismo; allí usted tiene Metafísica y Culto.
Por eso, mi primer paso, fue asegurarme de que una de ambas (o ambas) tenía la respuesta. Porque la realidad no puede ser sólo para los salvajes ni sólo para las mentes elevadas. Las cosas verdaderas no son así (por ejemplo, la materia es la primera cosa más obvia que uno encuentra, en los chocolates, las manzanas, pero también es el objeto de la física cuántica).
No puede plantearse la cuestión de una multitud de religiones desconectadas. La opción está entre
(a.) La visión del mundo del materialista; que yo no puedo creer.
(b.) Las religiones primitivas arcaicas; que no son bastante morales.
(c.) La supuesta superación de ellas en el hiduismo
(d.) La supuesta superación de ellas en el cristianismo
Pero la debilidad de hinduismo es que en realidad no entrelaza los dos hilos. La religión salvaje sin redención funciona en la aldea; el ermitaño filosofa en el bosque: y ninguno realmente interactúa con el otro. Sólo el cristianismo obliga a un intelectual, como yo, a participar de un banquete ritual con sangre, y también obliga a un convertido del Africa Central a seguir un refinado código ético.
¿Ha intentado leer “El hombre eterno”, de Chesterton? Es la mejor apologética popular que conozco.
Mientras tanto, el intento de practicar el Tao es ciertamente la opción correcta.
¿Ha leído a Confucio? Termina diciendo: “Esto es el Tao. No sé si alguna persona alguna vez lo ha practicado.” Eso es significativo: en verdad, uno puede ir directamente de allí a la Epistola a los Romanos.
No sé si algo de esto le será útil. No dude ud. en escribirme otra vez, o llamarme, si piensa que puedo serle de ayuda.
Suyo
C.S. Lewis”

CARTA 2:

” 23 de diciembre de 1950
Estimado Sr. Vanauken:
La contradicción “Debes tener fe para creer, y debes creer para tener fe” pertenece a la misma clase de contradicciones que emplearon los filósofos eleatas para probar que todo movimiento es imposible. Y hay muchas otras. Uno no puede nadar sin sustentarse en el agua, y uno no puede sustentarse en el agua a menos que sepa nadar. O bien: dado un acto consciente (e.g. el levantarse por la mañana), ¿su primer origen es voluntario o involuntario? si es voluntario entonces uno debe haber querido hacerlo ..ya estaban dispuestos a él antes.. por lo que no es realmente el principio. Si es involuntario, entonces la continuación del acto (que es determinado por el primer movimiento) es involuntario también… pero el acto ES voluntario.
Y a pesar de estas contradicciones, nosotros nadamos, y nos levantamos de la cama.
No pienso que haya una prueba demostrativa (tipo Euclides) del cristianismo, como tampoco de la existencia de la materia, ni de la buena voluntad y la honradez de mis mejores amigos. Creo que las tres (excepto quizás el segundo) son por lejos más probables que sus contrarias.
El caso del Cristianismo en general está bien expuesto por Chesterton; e intenté hacer algo así en mis charlas radiales. En cuanto a por qué Dios no hace la cuestión claramente demostrable: ¿estamos seguros de que él está interesado en la clase de teísmo que se seguiría de un asentimiento lógico obligado a un argumento concluyente? Y nosotros mismos, ¿estamos interesados en eso, en lo que hace a cuestiones personales? Yo exijo de mi amigo una confianza en mi buena fe que sea segura, sin prueba demostrativa. No sería confianza en absoluto si él esperó una prueba rigurosa. Y, ¡vamos! los cuentos de hadas son los que contienen la verdad. Otelo creyó en la inocencia de Desdémona cuando tuvo la demostración: pero era demasiado tarde. Se nos pide la magnanimidad, la generosidad que se apoyará en una probabilidad razonable.
Pero, ¿y si uno cree y resulta que al final estaba equivocado? Entonces uno habría tributado al universo un elogio inmerececido. Y el error suyo sería así más interesante e importante que la misma realidad. ¿Pero cómo podría ser esto? ¿Cómo podría producir un universo imbécil criaturas cuyos sueños son tanto más fuertes, mejores, más sutiles que él mismo?
Observe ud. que el asunto de la vida después de la muerte, que todavía le parece a usted la cosa esencial, fue en sí una revelación tardía. Dios entrenó a los hebreos durante siglos para que creyeran en él sin la promesa de una vida futura; y, bendito sea, me entrenó a mí de la misma manera por alrededor de un año. Es como el príncipe disfrazado en un cuento de hadas que gana el amor de la bella antes de que ella sepa que él es cualquier cosa más que un leñador. Lo que sería un soborno si viniera primero, es mejor que llegue al final.
Está claro, por lo que me dice, que ud. tiene deseos conscientes de ambos lados. Y ahora, otra cuestión sobre los deseos. Un deseo puede conducir a la creencia falsa, es cierto. ¿Pero qué sugiere la existencia del deseo? En un tiempo me impresionó mucho la frase de Arnold: “El hecho de estar hambrientos no demuestra que tengamos pan”. Pero seguramente, si eso no demuestra que un determinado hombre conseguirá el alimento, ¡sí prueba que hay una cosa tal como el alimento! Es decir si fuésemos una especie que no come normalmente, y que no fue diseñada para comer, ¿acaso nos sentiríamos hambrientos? Usted dice que el universo del materialista es “feo”. Yo me pregunto cómo descubrió eso. Si usted es realmente un producto de un universo materialista, ¿cómo es que no se siente en su hogar allí? ¿Los peces se quejan de la humedad del mar? O si lo hicieran, el hecho en sí mismo ¿no sugeriría que no habían sido siempre, o no estaban llamados a ser siempre, criaturas puramente acuáticas? Note ud. cómo estamos sorprendidos siempre del tiempo. (“¡Cómo vuela el tiempo! Juancito tan grande, y casado! ¡Cuesta creerlo!”) En el nombre del cielo, ¿por qué? A menos que haya de hecho algo en nosotros que no es temporal.
La humildad total no está en el Tao, porque el Tao (como tal) no dice nada del Objeto sobre el cual él sería la respuesta correcta: así como no hay ley sobre ferrocarriles en las actas de la reina Elizabeth. Pero del grado de respecto que el Tao demanda para los antepasados, los padres, las ancianos, y los profesores, es absolutamente claro lo que el Tao prescribiría hacia un objeto tal como Dios.
¡Pero pienso que usted está ya atrapado en la red! El Espíritu Santo está tras suyo. Dudo que consiga escaparse.
Suyo
C.S. Lewis”

CARTA 3:

“17 de abril de 1951
Mi querido Vanauken
Mis oraciones son contestadas.
No: una vislumbre no es una visión. Pero para un hombre en un camino de la montaña en la noche, tener una vislumbre de los tres pies siguientes del camino puede importar más que una visión del horizonte. Y debe quizás existir siempre la justa carencia de certeza demostrativa para hacer posible la libre elección: pues ¿qué podríamos hacer sino aceptar, si la fe fuera como una tabla de multiplicar?
Sufrirá ud. un contra-ataque, lo sabe, así que no se alarme demasiado cuando venga.
El enemigo no lo mirará desaparecer en la compañía de Dios sin un esfuerzo por reclamarle.
Ocúpese en aprender a rezar y (si ha llegado a decidir el tema de la denominación cristiana) hágase confirmar.
Bendiciones y bienvenido, una y cien mil veces. Disponga de mí para lo que pueda servirle: y roguemos uno por el otro siempre.
Suyo
C.S. Lewis”

Biografia y obra: (De Wikipedia)

• Clive Staples Lewis (Belfast, Irlanda del Norte, 29 de noviembre de 1898 – Oxford, Inglaterra, 22 de noviembre de 1963), popularmente conocido como C. S. Lewis, y llamado Jack por sus amigos, fue un medievalista, apologista cristiano, crítico literario, académico, locutor de radio y ensayista británico. Es también conocido por sus novelas de ficción, especialmente por las Cartas del diablo a su sobrino, Las crónicas de Narnia y la Trilogía cósmica.
Lewis fue un amigo cercano de J. R. R. Tolkien, el autor de El Señor de los Anillos. Ambos autores fueron prominentes figuras de la facultad de Inglés de la Universidad de Oxford, y en el grupo literario informal de Oxford fueron conocidos como los “Inklings”. De acuerdo a sus memorias denominadas “Sorprendido por la alegría”, Lewis fue bautizado en la Iglesia de Irlanda cuando nació, pero durante su adolescencia se alejó de su fe. Debido a la influencia de Tolkien y otros amigos, cuando tenía cerca de 30 años, Lewis se reconvirtió al protestantismo, siendo “un participante muy ordinario de la Iglesia de Inglaterra”. Su conversión tuvo un profundo efecto en sus obras, y sus transmisiones radiofónicas en tiempo de guerra sobre temas relacionados con el cristianismo fueron aclamadas ampliamente. Tarde en su vida contrajo matrimonio con la escritora estadounidense Joy Gresham, quien falleció cuatro años después a causa de un cáncer de huesos, a la edad de 45 años.

Obras:
1. The Pilgrim’s Regress
2. Trilogía cósmica
• Más allá del Planeta Silencioso (1938)
• Perelandra, un viaje a Venus (1943)
• Esa horrible fortaleza (1946)
6. The Screwtape Letters (Cartas del diablo a su sobrino) (1942)
7. El gran divorcio (1945)
8. Las crónicas de Narnia
• El león, la bruja y el armario (1951)
• El príncipe Caspian (1951)
• La travesía del Viajero del Alba (1952)
• La silla de plata (1953)
• El caballo y el muchacho (1954)
• El sobrino del mago (1955)
• La última batalla (1956)
9. Mientras no tengamos rostro (1956)
10. Prayer: Letters to Malcolm (1963)

Otras obras:
1. The Allegory of Love (1936)
2. El problema del dolor (1940)
3. La abolición del hombre (1943)
4. Mero cristianismo (1952) Trilema de Lewis
5. English Literature In the Sixteenth Century Excluding Drama (1954)
6. Sorprendido por la alegría (1955) (Autobiografía)
7. Reflections on the Psalms (1958)
8. Studies in Words (1960)
9. Los cuatro amores (1960)
10. Una pena en observación (1961)
11. The Discarded Image
12. The Weight of Glory, and Other Addresses
13. They Asked for a Paper
14. Miracles

• Frank Sheldon Vanauken (4 de agosto de 1914–18 de octubre de 1996) es un escritor estadounidense, conocido principalmente por su libro autobiográfico A Severe Mercy (1977), en el cual relata su amistad y la de su esposa con C.S. Lewis, así como la conversión de ambos al cristianismo. Vanauken publicó una secuela, Under the Mercy en 1985.

Foto de C.S.Lewis:

CS-Lewis[1]

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• Carta de Groucho a los abogados de la Warner Brothers.

01 Sábado Dic 2012

Posted by luisgoros in Actores, Cartas, Cine, Hermanos Marx, Humor

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carta, Groucho Marx

Cuando los hermanos Marx se disponían a rodar una película titulada A NIGHT IN CASABLANCA (1946), recibieron la amenaza de una acción legal por parte de los Warner Brothers, que cinco años antes habían hecho la película titulada simplemente CASABLANCA. Ante ello Groucho, en nombre propio y en el de sus hermanos, les dirigió inmediatamente las siguientes cartas:

“Queridos Warner Brothers:
Al parecer hay más de una forma de conquistar una ciudad y de mantenerla bajo el dominio propio. Por ejemplo, hasta el momento en que pensamos en hacer esta película, no tenía la menor idea de que la ciudad de Casablanca perteneciera exclusivamente a los Warner Brothers. Sin embargo, pocos días después de anunciar nuestra película recibimos su largo y ominoso documento legal en el que se nos conminaba a no utilizar el nombre de Casablanca.
Parece ser que en 1471, Ferdinand Balboa Warner, su tatarabuelo, al buscar un atajo hasta la ciudad de Burbank, se tropezó con las costas de Africa y, levantando su bastón (que más tarde cambió por un centenar de acciones en la bolsa), las denominó Casablanca.
Sencillamente, no comprendo su actitud. Aun cuando pensaran en la reposición de su película, estoy seguro de que el aficionado medio al cine aprendería oportunamente a distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo. No sé si yo podría, pero desde luego me gustaría intentarlo.
Ustedes reivindican su Casablanca y pretenden que nadie más pueda utilizar ese conmbre sin permiso. ¿Qué me dicen de Warner Brothers? ¿Es de su propiedad, también? Probablemente tengan ustedes el derecho de utilizar el nombre de Warner, pero, ¿y el de Brothers? Profesionalmente, nosotros éramos Brothers mucho antes que ustedes. Hacíamos ya la ronda de las candilejas como The Marx Brothers cuando la Vitaphone era todavía un simple destello en el ojo del inventor, e incluso antes de nosotros ha habido otros hermanos: los Smith Brothers [fabricantes de pastillas para la tos], los Karamazov Brothers; Dan Brothers, un centrocampista del Detroit; y Brother, can you spare me a dime? (que originalmente se llamaba BrotherS, can you spare me a dime? pero esto era reducir demasiado la moneda, así que despacharon a un hermano, dieron todo el dinero al otro y lo dejaron en Brother, can you spare me a dime?).
Y ahora, Jack, hablemos de usted. ¿Diría Usted que es el suyo un nombre original? Pues no lo es. Se utilizaba mucho antes de nacer usted. Sobre la marcha, recuerdo dos Jacks: había el Jack de JACK AND THE BEANTALK [cuento infantil] y el Jack el Destripador, que se hizo un bonito renombre en su día.
En cuanto a usted, Harry, seguramente firmará sus cheques con la firme convicción de que es usted el primer Harry de todos los tiempos y de que todos los demás Harrys son impostores. Recuerdo a dos Harrys que le precedieron. Existió Lighthouse Harry de fama revolucionaria [se refiere a LightHORSE Harry, apodo de Lee Henry, héroe de la revolución de EEUU], y también un Harry Appelbaum que vivía en la esquina de la calle 93 con Lexington Avenue. Desgraciadamente, Appelbaum no era demasiado conocido. La última vez que supe de él, vendía corbatas en Weber y Heilbroner.
Hablemos ahora del estudio de Burbank. Creo que es esto lo que ustedes, hermanos, llaman su cuartel general. El viejo Burbank ha desaparecido. Quizá se acuerden de él. Era un hombre muy hábil en la huerta. Su mujer decía a menudo que Luther tenía diez pulgares verdes. ¡Qué mujer debe de haber sido! Burbank era el mago que entrecruzaba todos esos frutos y legumbres hasta dejarlos en tal estado de confusión e incertidumbre que nunca llegaba a decidir si debían ir al comedor en el plato de la carne o en el de los postres.
Esto es una simple conjetura, desde luego, preo, ¿quién sabe?, quizá los supervivientes de Brubank no sean demasiado felices ante el hecho de que una fábrica de películas a destajo se haya instalado en su ciudad, se haya apropiado del nombre de Burbank y lo utilice como presentación de sus films.
Es posible incluso que la familia Burbank esté más orgullosa de la patata producida por el viejo que del hecho de que de su estudio surgiera Casablanca e incluso Gold Diggers of 1931.
Todo esto parece un boTodo esto parece acabar en una diatriba más bien amarga, pero les aseguro que no es ésta mi intención. Me gustan los Warners. Algunos de mis mejores amigos están en Warner Brothers. E Incluso es posible que este cometiendo una injusticia y que ni ustedes mismos sepan nada de esa actitud de seudo Wanger. No me sorprendería nada descubrir que los responsables de su sección jurídica están al margen de esta absurda contienda, puesto que conozco a muchos de ellos y son unos tipos estupendos de pelo negro y rizado, traje cruzado y un amor hacia el prójimo que requetesaroyanea al propio Saroyán.
Tengo el presentimiento que el impedirnos usar ese titulo es producto del cerebro privilegiado de algún picapleitos recién llegado a su departamento jurídico. Conozco el carácter impulsivo del recién salido de la escuela de derecho, hambriento de éxito y demasiado ambicioso para respetar las leyes naturales del ascenso. Probablemente, este siniesto abogaducho habrá aguijoneado a sus representantes legales, muchos de los cuales son unos tipos estupendos de pelo negro y rizado, traje cruzado, etc., para que trataran de impedírnoslo. ¡Pues no se saldrá con la suya! ¡Contenderemos con él hasta el Tribunal Supremo! Ningún aventurero legal con la cara tiznada va a llevar la animosidad entre los Warners y los Marxes. Todos somos hermanos debajo de nuestro pellejo y seguiremos amigos hasta que el ùltimo rollo de A nigth in Casablanca esté metido en su bobina.

Sinceramente, Groucho Marx”

Por alguna curiosa razón, esta carta pareció confundir al departamento legal de la Warner Brothers. Les respondieron con toda seriedad preguntando si los Marx podrían darles alguna idea sobre el argumento de la película. Estos pensaron que podría llegarse a un acuerdo. Así que Groucho respondió:

“Queridos Warner:
No puedo contarles gran cosa sobre el argumento de la película. En ella interpreto a un doctor en Teología que asiste a los nativos y, como pasatiempo, vende como charlatán de abrelatas y chaquetones de marinero a los salvajes de la Costa de Oro africana.
Cuando encuentro por primera vez a Chico, éste trabaja en una taberna y vende esponjas a los clientes habituales, incapaces de soportar su dosis de alcohol. Harpo es un cadí árabe que vive en una pequeña urna griega en los arrabales de la ciudad. [Cultísima alusión al poema de Keats Ode to a small Grecian urn]
Cuando empieza la película, Potaje, una tímida nativa, está afilando flechas para una cacería. Paul Resaca, nuestro héroe, enciende continuamente dos cigarrillos a la vez. Evidentemente, ignora los racionamientos de tabaco.
Podría contarles mucho más, pero no quiero estropearles el placer. Todo ello ha recibido el visto bueno de la Oficina Hays, Good Housekeeping [Revista femenina americana] y los supervivientes de los Tumultos del Haymarket; y si la ocasión es propicia, esta película puede ser el cañonazo inicial de un nuevo desastre universal.

Cordialmente, Groucho Marx. “

En lugar de apaciguarles, esta nota pareció confundir más aún a los abogados, quienes replicaron diciendo que todavía no comprendían la historia y que agradecerían que el señor Marx les explicara la trama con más detalle. Groucho correspondió con la siguiente carta:

“Queridos Brothers:
Siento comunicarles que, desde la última vez que les escribí, ha habido algunos cambios en la trama de nuestra nueva película A NIGHT IN CASABLANCA. En la nueva versión hago el papel de Burdel, la novia de Humphrey Bogart. Harpo y Chico son vendedores ambulantes de alfombras que están hartos de desenrollar alfombras y entran en un monasterios en busca de picos pardos. Pero se llevan un buen chasco, puesto que no ha habido picos pardos en el lugar durante los últimos quince años.
Enfrente de ese monasterio, junto al muelle, hay un hotel que mira al mar, atestado de damiselas de fresca tez, la mayoría de las cuales han sido vetadas por la Oficina Hays por busconas. En el quinto rollo, Gladstone hace un discurso que conmociona la Cámara de los Comunes e inmediatamente el Rey pide su dimisión. Harpo se casa con un detective de hotel; Chico dirige una granja de avestruces. La amiga de Humphrey Bogart, Burdel, se convierte en una Bacall-girl.
Como pueden ver, se trata de un argumento muy chapucero. Lo único que puede salvarnos de la extinción es que siga el racionamiento de películas.

Afectuosamente, Groucho Marx. “

Tras esto, los Marx no volvieron a saber del departamento jurídico de la Warner Brothers.

20marx1

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