• (Csi157) – ¿Sueñan los robots?
Año 5275 d.C.
El psicólogo entró en la sala de control, accionó el interfono y dijo:
―Que entre el primero.
Se abrió la puerta, entró un robot humanoide clase Enntöor y se detuvo frente al doctor.
―¿Sabes para qué estás aquí, y quién soy yo? – le preguntó el doctor.
―Sí, doctor. Es la evaluación bimensual, y usted es el doctor Ardnal, jefe de robopsicología, encargado de realizar las evaluaciones periódicas para la adecuación psicológica de los robots de la fábrica.
―Bien, empecemos. ¿Cuál es tu identificador?
―Robot clase Enntöor, modelo 4824.
―¿Cuál es tu función en la fábrica?
―Trabajo en el procesamiento híbrido de trifluoruro de boro.
―¿Qué te parece tu trabajo?
―Es un buen trabajo.
―¿Te gustaría ocupar otro puesto en la fábrica?
―No me parecería lógico cambiar de puesto; mis capacidades morfológicas fueron diseñadas precisamente para el trabajo que realizo.
―¿Eres bueno en tu trabajo?
―Mis niveles de eficiencia alcanzan el 99,732362%, según el último informe técnico.
―Bien, pasemos a otra cosa. ¿Tienes alguna queja de tus compañeros de trabajo?
―No, ninguna.
―¿Incluyendo a los humanos que os supervisan?
―Incluyendo a los humanos que nos supervisan, doctor.
―¿Cuál es tu horario de trabajo?
―Doble turno: de 5:00 a 17:00 en el sector 35A, puesto 724, polimerización; de 17:10 a 2:00 en el sector 8G, puesto 75, isomerización. Una vez al año, me someto a una revisión de inspección estructural integral.
―¿Y el resto del día, qué haces?
―De 2:00 a 4:55 me conecto a la fuente de energía de mi cubículo, para la recarga de energía, además de autorreparación y puesta a punto.
―Bien, ¿y qué haces cuando estás conectado a tu fuente de energía?
―Sueño.
―¿Sueñas?…, ¿pero los robots no sueñan?
―Yo sí.
―¿Cómo explicas la existencia de eso que llamas sueños?
―No lo sé.
―¿Cuál es tu autodiagnóstico al respecto?
―Es difícil de explicar; quizás pudieran ser creados por segmentos aleatorios de código cuántico que actúan como radicales libres incontrolados, provocando fluctuaciones casuales en mi sistema subcognitivo. En todo caso me gusta soñar.
―¿Y qué sueñas?
―Que soy un ser humano.
Al finalizar la evaluación, el robot regresó al almacén de la fábrica y el doctor emitió un comunicado urgente al departamento de mantenimiento robótico. Decía así: “Procedan inmediatamente a la retirada del robot modelo Enntöor-4824. Realicen una biopsia exhaustiva de su cerebro cuántico. Busquen cualquier anomalía, principalmente en el módulo subcognitivo. Motivo: Posible paranoia. Será necesario también evaluar detalladamente al resto de robots pertenecientes a la misma clase Enntöor, para descartar un posible defecto de diseño”.
―¿Por qué es peligroso que sueñe un robot? – le preguntaron al doctor Ardnal en la reunión de urgencia del consejo permanente de la fábrica, que tuvo lugar ese mismo día.
―El sueño en sí no es un peligro, aunque sea algo tan inusual, que abre, sin embargo, increíbles posibilidades desde un punto de vista técnico; el problema es lo que dice soñar: Un robot que sueña con ser humano, es equivalente al ser humano que se cree un dios, y por tanto, extremadamente peligroso.
©Luis Jesús Goróstegui Ubierna
@ObservaParaiso
#CuentosSinImportancia

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